
Tras una restructuración del negocio, la compañía japonesa podría alcanzar los 10.000 millones de beneficio por primera vez el año que viene. Recibe el respaldo de los analistas desde hace un lustro y es el valor con el que antes recuperar la inversión. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
En un mundo que tiende a la hiperespecialización, Hitachi tiene que reinventarse. Es un pulpo con muchos tentáculos, pero hace once años se dio cuenta de que no podía hacerlo todo bien y que los competidores le adelantaban.
En Japón, hay pocas cosas más sagradas que el Emperador, Toyota y Honda, pero Hitachi es aún más veterana que estas últimas, pues empezó a fabricar motores de inducción en 1910 para la minería, al calor de la industrialización promovida por la Restauración Meiji, cuando el país se convirtió en la fábrica del mundo y transformó los paisajes volcánicos que un día pintaron Yoshida y Hokusai.
Hace poco tiempo que la firma nipona abandonó los negocios que creía improductivos: dejó de hacer televisores y discos duros y puso en venta la división química y de diagnóstico por imagen.
En esta nueva etapa, se han reforzado las áreas de Sistemas de Información y Telecomunicaciones (servidores de almacenamiento, servicios en la nube), Infraestructuras Sociales e Industriales (ascensores, trenes, maquinaria pesada) y Materiales de Alta Funcionalidad, es decir, semiconductores, componentes electrónicos y dispositivos para guardar energía. Estas tres categorías representaron casi el 60% de los ingresos en 2017.
Hitachi ocupaba la posición 102 de la lista Fortune 500 del año pasado, que selecciona a las mayores compañías mundiales por su volumen de ingresos; y es uno de los valores incluidos en el fondo de inversión asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.

En el último lustro, ha conservado una clara recomendación de comprar del consenso de analistas que recoge FactSet y, en los últimos diez años, sus beneficios han cotizado en bolsa con un PER medio de 9,9 veces. Ahora, en la zona de las cinco veces, el descuento que ofrecen sus ganancias es del 50% con respecto al promedio de la década.
Los mismos analistas que le otorgan su respaldo indican que el beneficio operativo (ebitda) de Hitachi crecerá un 23% entre 2018 y 2022, y superaría los 10.000 millones de euros en 2021, algo que al menos no ha sucedido en lo que va de siglo -todavía no hay datos de 2019, ya que la compañía termina su año fiscal en marzo-.
"Hitachi ha alcanzado a sus competidores nacionales", como Fujitsu, Nec, Canon y Komatsu, subraya Masami Omuro en la tesis sobre la transformación de esta empresa que elaboró durante su estancia reciente en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT).
"En cambio, en el mercado mundial, General Electric y Siemens están siempre más allá de Hitachi", apunta el experto. Aun así, los inversores están dispuestos a pagar cinco euros por cada euro de beneficio de Hitachi, frente a los 14,8 euros de General Electric y los 11,7 euros de Siemens.
Con la digitalización, la fabricación ya no es un elemento diferencial, dice Omuro. Por eso, Japón se ha puesto las pilas para hallar soluciones que exportar al resto de países, en ámbitos como la movilidad en un mundo más urbano.