Todo apunta a que los máximos que vimos a mediados de febrero en Wall Street han sido un techo de orden mayor, similar al que vimos en los altos de la burbuja tecnológica del año 2000 y de la crisis financiera del 2007.
Desde Ecotrader consideramos que esos máximos, que serán conocidos como el techo del coronavirus, son el origen de una tendencia bajista de orden superior y, desgraciadamente, mucho nos tememos que todavía no se ha visto un suelo en la misma, a pesar del potente rebote de corto plazo.
Saber esto facilita mucho la labor analítica, ya que eso nos permite catalogar el actual rebote como un rebote de Judas o, en otros términos más técnicos, estamos probablemente ante uno de los rally FOMO más potentes de la historia. FOMO es un acrónimo inglés de la expresión Fear Of Missing Out: temor a perderse algo. Este tipo de situaciones suelen ser impulsoras de rebotes que acostumbran a ser una respuesta a un movimiento bajista ya iniciado, como el que antes indicaba, que exageran una tendencia existente y muy rara vez son la causa real de alzas sostenibles de mercado. Los inversores están divididos entre la codicia y el miedo y el factor FOMO está alentando a comprar a los que vendieron en el camino y a aquellos que se habían mantenido al margen de la bolsa durante mucho tiempo y que sufrían cuando el mercado subía y subía.
Cuando este catalizador se agote asistiremos a otro hachazo hasta, al menos, el origen del rebote. Habrá que ver si el efecto FOMO volverá a aparecer en esos mínimos. Hasta ahí no compren.