Bolsa, mercados y cotizaciones

La CNMV busca una acción conjunta europea para acorralar a los bajistas

El desplome bursátil de ayer, con los bancos liderando una tormenta de caídas que llevó al Ibex 35 a marcar mínimos desde 2004, desató el nerviosismo en todas las compañías españolas, muchas de ellas seriamente afectadas por inversores que apuestan a la baja y que están engordando la burbuja de descalabros en bolsa. Por eso, la CNVM está en contacto con sus homólogos europeos para establecer un mayor control.

Bautizados con el anglicismo shortselling (vendedores a la baja), esta estrategia se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para muchas empresas, que ven cómo su cotización está seriamente envenenada por dardos que buscan hacer diana en el mal ajeno. Cansadas de esta situación, varias compañías cotizadas han pedido formalmente a la CNMV poder destapar los inversores bajistas que operan en su valor, según ha podido confirmar elEconomista con fuentes implicadas.

Aunque por el momento el supervisor ha optado por seguir reservando este privilegio sólo a las entidades financieras (desde el pasado mes de septiembre pueden comunicar los movimientos de los shortselling), la CNMV ha reconocido a las empresas estar sensibilizada con este problema y, de hecho, está buscando una acción conjunta europea que permita estrechar el cerco a estos inversores en todo el Viejo Continente.

Paquete de medidas

Sus intenciones, además, han encontrado terreno abonado, ya que el Comité Europeo de Organismos Supervisores (CESR) lleva cinco meses analizando el papel de estos jugadores en los mercados. Sobre todo durante las últimas semanas, en las cuales representantes de cada organismo supervisor están trabajando en pro de desarrollar un paquete de medidas conjuntas ante los bajistas.

A este movimiento se une otro llevado a cabo por el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, que también está analizando el papel de estos jugadores en los mercados europeos. No obstante, desde Bruselas se muestran cautos a la hora de establecer un calendario que ponga sobre el papel con medidas firmes. En cambio, en España confían en poder hacer algún tipo de movimiento a finales de marzo o principios de abril.

Estos diferentes horizontes pueden responder al mayor interés que está demostrando la CNMV, especialmente sensible con los problemas que está sufriendo el parqué español por el masivo desembarco de bajistas. El problema es que el organismo supervisor no quiere dar imagen de España como un mercado intervencionista o que pone barreras al libre juego de la bolsa. Por eso prefiere mover los hilos junto a sus homólogos europeos, pero colocándose en la locomotora de este nuevo tren por la transparencia de mercado.

La primera medida

En principio, la medida más inmediata y que cuenta con el respaldo tanto de las empresas como de la CNMV es conceder a las compañías no financieras las mismas licencias que ya tienen las entidades financieras, es decir, incluir a todo el mercado dentro de la norma que permite comunicar las posiciones bajistas. Aunque algunas compañías están pidiendo, incluso, una directiva que ponga cercado a este tipo de operaciones.

En cualquier caso, sólo con poder informar de las posiciones bajistas se podría desincentivar mucho a los fondos que juegan a la baja, ya que, al tener que destapar sus posiciones, se verían obligados a desnudar sus estrategias.

De hecho, éste fue el razonamiento que siguió la CNMV cuando el pasado mes de septiembre optó por aplicar esta medida. La legislación española permite hacer posiciones cortas siempre que estén respaldadas por un préstamo de valores. Este marco convenció al supervisor para tomar un camino intermedio que no criminaliza a los bajistas, ya que les reconoce el derecho a operar, pero que resta atractivo a sus movimientos al inyectar una cápsula de transparencia que permite que todo el mundo conozca sus movimientos.

La CNMV fue pionera en establecer esta medida y, con el tiempo, se ha ganado el respaldo del resto de organismos supervisores europeos. Sobre todo, al comparar esta solución intermedia con la tomada por otro países, como Reino Unido, que llegó a establecer prohibiciones a los bajistas.

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