Madrid
Algo parece haber cambiado en el mercado de renta fija. Desde verano, cuando los principales títulos de deuda soberana en Europa marcaron máximos en precio, y mínimos en rentabilidad, las ventas han sido la tónica predominante en los bonos de la región, un tipo de activo que, en opinión de muchos expertos, ha corrido demasiado en los últimos años, y para el que las expectativas de cara a 2020 no son positivas.
A pesar de que los bancos centrales han reafirmado su intención de seguir interviniendo el mercado con sus programas de estímulos y que la economía sigue manteniendo ciertos indicios de debilidad, lo cual suele ser positivo para los títulos de renta fija, los inversores llevan ya varios meses vendiendo deuda de forma general, animados en parte por las mejores perspectivas que se manejan, de cara a una resolución positiva para los mercados en el conflicto comercial que todavía mantienen China y Estados Unidos.
Las ventas dejan ya pérdidas de casi el 5,5% en el Bund, desde que este tocó máximos en precio el pasado mes de agosto. Entonces el bono ofrecía una rentabilidad del -0,714%, mínimo histórico para el título, mientras que ahora, tras las subidas en precio, se ha estabilizado en el entorno del -0,15%.
Tras el alemán, el bono italiano es el que peor se ha comportado en precio, con una caída del 5,3%. El título ofrece ahora una rentabilidad del 1,38%, mientras que en agosto llegó a alcanzar el 0,81%. El bono francés, que en verano cotizaba en negativo y llegó a alcanzar una rentabilidad del -0,438%, ahora se mantiene en el 0,092%, cerca de volver a máximos. En este recorrido el título ha generado pérdidas por precio del 5,10%.
En cuanto al bono español, sus pérdidas desde los máximos en precio son algo menores, del 4,1% desde los máximos que se tocaron el 15 de agosto. El título cotiza ahora en máximos de rentabilidad que se han visto en 2020, en el 0,48%.
