La media de productos de renta fija corporativa europea retroceden un 1,2% en el trimestreDesde máximos del año el precio del bono alemán, del francés y del español caen al menos un 3,5%
Algo parece estar cambiando en el mercado de deuda. A finales de agosto, la fiesta que estaban pegándose los inversores en renta fija en todo el mundo estaba en su momento más alocado, con el índice agregado de deuda global de Bloomberg y Barclays tocando máximos de su historia, algo que también estaba ocurriendo en algunos de los títulos más importantes de deuda soberana a lo largo de todo el globo, como el japonés o el alemán (el bono francés y el español marcaron altos históricos pocos días antes, el 15 de agosto). Sin embargo, coincidiendo con el final del mes vacacional por excelencia, la renta fija ha cambiado de rumbo y se está sufriendo cierta resaca tras el atracón. Se están experimentando ventas, de forma general, con caídas desde máximos del 3,5 por ciento para el soberano alemán y el español y del 3,9 por ciento para el francés en los últimos tres meses. Los índices agregados también están sufriendo esta tendencia, con una caída del 1,4 por ciento desde máximos en el caso del selectivo de deuda global y del 2,2 por ciento en el de bonos europeos, corporativos y soberanos.
Las ventas en renta fija están pasando factura a los fondos que invierten en este tipo de activos. La media de los 206 productos que recoge Morningstar de la categoría de soberanos europeos, disponibles a la venta en España, en euros y que han contabilizado su rentabilidad al menos hasta el 21 de noviembre, pierden un 1,99 por ciento desde el 28 de agosto. Con el mismo filtro, pero centrándose en deuda corporativa europea, las pérdidas son algo menores, del 1,20 por ciento. Los que invierten en deuda global están sufriendo menos, con caídas del 0,5 por ciento en el periodo.
El dinero vuelve a la bolsa
La distensión comercial entre China y Estados Unidos que se ha producido durante los últimos meses, junto a la aparente mejora que se produjo en las negociaciones sobre el Brexit, parecen haber llevado a los inversores a incrementar su apetito por el riesgo, invirtiendo en renta variable, lo que ha podido reducir el atractivo de la renta fija. Desde Citi avisaban la semana pasada de que el mes de noviembre estaba encaminado a ser el primer mes en el que se habría producido una entrada neta de dinero en los fondos de bolsa, tanto de mercados desarrollados, como de emergentes, en los últimos dos años, que han dejado a índices como el Dax a las puertas de nuevos máximos anuales, y a la bolsa estadounidense en altos históricos (ver página 53).
Son muchos los expertos que llevan ya meses avisando de que la renta fija, uno de los activos considerado más conservador, era peligrosa a los niveles a los que había llegado a alcanzar, que han llevado a que, en muchos títulos, el inversor termine pagando un interés por prestar dinero, una situación totalmente anómala para muchos analistas y gestores de fondos, que señalan que las subidas pueden haber ido demasiado lejos, aupadas por el apoyo de los estímulos de los grandes bancos centrales. Sin embargo, entre las últimas decisiones adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) puede encontrarse una de las causas de las últimas ventas de deuda europea. Enrique Lluva, subdirector de renta fija en Imantia Capital, explicaba a mediados de septiembre, cuando las ventas llevaban pocas semanas produciéndose, cómo "la facilidad de depósito escalonada [el interés que el BCE cobra a los bancos por dejar su dinero aparcado en el organismo, que a finales de julio se suavizó, implementando un nuevo sistema escalonado por el cual se empezó a cobrar menos a los bancos que más prestasen] ha hecho que la mitad del exceso de liquidez que dejan los bancos europeos al BCE haya pasado de cobrarse al 0,5 por ciento hasta el 0 por ciento. Casi 600.000 millones se pueden acoger a la nueva remunieración del 0 por ciento".
Esto ha provocado, explica el experto que "el coste del dinero para muchos bancos está al 0,25 por ciento, frente al 0,5 que se estaba cobrando hasta ese momento, por lo que es normal que se reduzca la inversión" en los títulos que ofrecen rentabilidades por debajo del -0,25 por ciento. En los soberanos europeos a 10 años sólo queda el alemán por debajo de ese nivel, con una rentabilidad del -0,36 por ciento.
Todavía se gana con la deuda
Aunque se ha producido una reacción clara de ventas de renta fija en los últimos tres meses, 2019 sigue siendo un año excepcional para los inversores en este tipo de activo. El bono alemán, aun con las múltimas caídas, sube casi un 6 por ciento desde el primer día del ejercicio, una subida que es todavía mayor en el francés, que se anota casi un 8 por ciento, el español, con el que se gana más del 10 por ciento, o el italiano, de más del 14 por ciento.
Los fondos tampoco han borrado las ganancias del año: los que invierten en soberano europeo todavía ganan un 6,4 por ciento de media, los que lo hacen en deuda corporativa del Viejo Continente un 5,8 por ciento, y los vehículos de deuda global acumulan ganancias de más del 6,5 por ciento en 2019.