El selectivo retomó las subidas tras la apertura alcista de Wall Street y se mueve en máximos del día en la recta final de la sesión. El hueco bajista que se abrió el lunes en la zona de los 8.450 puntos va camino de ser cerrado al final de la jornada porque el Ibex 35 cotiza por encima de los 8500 puntos. La banca se ha sumado a unas alzas que ya son generalizadas en todos los mercados mundiales tras el buen dato de ISM de servicios publicado en EEUU.
Nueva York volvió a asomarse ayer al precipicio pero no se cayó. El Dow Jones volvió a probar en la apertura la zona de mínimos de 2008, ésta volvió a resistir y los índices iniciaron un contundente rebote que se trasladó en parte al cierre europeo y que hoy debería continuar en nuestra apertura. Al final, el Dow subió el 1,78% -fue el único que cayó el lunes- y recuperó los 8.000 puntos, el S&P 500 se anotó el 1,58% y el Nasdaq, el 1,46%.
Así pues, los alcistas han vuelto a vencer en la zona crítica, igual que hace dos semanas; dicho sea con todas las cautelas en un mercado como el actual, donde cualquier previsión se convierte en papel mojado en cuestión de horas. Y todo apunta a que ahora toca una nueva pata alcista dentro del movimiento lateral en que parece que se ha metido el mercado entre los mínimos de noviembre y los máximos de principios de año (entre 8.000 y 9.000 en el Dow Jones, en números redondos).
Este tipo de movimientos invitan, a priori, a ponerse largos en el soporte y a vender (o ponerse cortos) en la resistencia. El problema es que no se sabe cuánto va a durar este movimiento ni cuándo se va romper, ni siquiera si la ruptura va a ser al alza o a la baja. Lo cual supone que este juego sólo es apto para los estómagos más duros. Los inversores más tranquilos deberían esperar a que se produzca la ruptura para tomar posiciones.
Los mejores y peores de la sesión
