
Las bolsas siguen avanzando, pero lo hacen con recelo y esto no nos sorprende, ya que las bolsas europeas y norteamericanas se encuentran pegadas a resistencias fundamentales, cuyo alcance podría provocar la corrección que esperamos para volver a comprar con fuerza renta variable. Hacerlo tan cerca de resistencias nos parece un despropósito en términos de ecuación rentabilidad riesgo.
Si atendemos a las bolsas del Viejo Continente, las subidas que hemos visto simplemente han servido para recuperar la última caída que se inició a finales de julio, que hasta la fecha son los máximos del año.
En apenas tres semanas, el EuroStoxx 50 llegó a caer casi un 10 por ciento, tras ceder desde los 3.573 hasta los 3.239 puntos.
Gracias a esta última subida tenemos una valiosa información desde el punto de vista técnico, ya que la zona de los 3.200-3.239 puntos se ha convertido en el soporte que en ningún caso puede perderse en una eventual corrección si queremos seguir confiando en un contexto de mayores subidas en próximos meses. Hasta ahí hay una distancia del 10 por ciento, y lo que tenemos claro es que cuanto más se aproxime una caída a ese soporte mejor será la ecuación riesgo/recompensa en Europa.
Si miramos a EEUU vemos que el S&P 500 sigue por debajo de la resistencia creciente de los 3.050 puntos. Por enésima vez insistiremos en que mientras esta resistencia no sea superada no se alejará el riesgo de que veamos un zarpazo, que sería una gran oportunidad para comprar.
