La salida a bolsa de Aramco vuelve a ser noticia. El gobierno saudí, que lleva varios años dando vueltas a la mejor forma de colocar un 5% de la petrolera estatal, la compañía más grande del mundo por beneficio, está considerando que la operación se haga en dos fases, según publicó ayer The Wall Street Journal citando fuentes que no quisieron identificarse.
La primera colocación tendría lugar este mismo año, y se produciría en el mercado local, la bolsa de Arabia Saudí. La segunda fase se haría en un mercado internacional y la intención del reino saudí es que se produzca en 2020, o 2021 como muy tarde –en un principio la venta estaba programada para que se hubiese producido en 2018–. El país ha decidido recientemente volver a impulsar la salida de Aramco, tras las complicaciones que supuso el asesinato del periodista Jamal Khashoggi el pasado octubre por parte de agentes saudíes.
Otra de las últimas novedades es que el país habría descartado listar las acciones de su compañía en el mercado británico y también en el de Hong Kong, ya que, según las fuentes, la incertidumbre política que rodea a los dos países habría convencido al gobierno para evitar estos dos mercados en la colocación de su compañía más valorada. Ahora, la vista de Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de la corona saudí, parece estar puesta en Tokio, decantándose por el mercado nipón para la segunda fase de la operación.
Según el diario estadounidense, el debate en torno al mercado en el que se sacará a bolsa a la compañía ha sido intenso, con Bin Salman inclinándose por listar Aramco en Nueva York, mientras Khalid al-Falih, consejero delegado de la compañía, se ha opuesto al mercado estadounidense al considerar que los activos saudíes podrían ser objeto de sanciones, en un futuro, si se produjesen pleitos relacionados con el terrorismo, ya que Estados Unidos aprobó en 2016 una ley que permite que las familias estadounidenses de víctimas del terrorismo exijan compensación a países extranjeros.
El descarte de Reino Unido también podría tener que ver con esta legislación, ya que fuentes del diario americano habrían destacado que existe un temor entre los dirigentes saudíes de que el Brexit termine desembocando en que Reino Unido alinee su legislación con la de Estados Unidos, adoptando las leyes americanas respecto del terrorismo. El descarte de Hong Kong estaría relacionado con la incertidumbre que todavía gira en torno a las protestas de los estudiantes en el país.

Una valoración un 30% menor
Arabia ha anunciado en muchas ocasiones que pretende levantar 100.000 millones de dólares con el 5% de la compañía que quiere sacar a bolsa. Esto supone una valoración de 2 billones de dólares para la petrolera. Sin embargo, si se tiene en cuenta el multiplicador de beneficios con el que cotizan las diez grandes petroleras mundiales, los 111.100 millones de beneficio que anunció Aramco en 2018 supondrían una valoración cercana a los 1,4 billones, un 30% por debajo de la cifra que da Arabia.
La empresa ha recibido este año calificación por primera vez en su historia: en este momento Fitch le otorga un rating de A+, mientras Moody's mantiene su nota de A1, ambos con perspectiva estable.