BME no consigue conquistar a la comunidad financiera este año. No sólo porque se ha destapado como el valor en el que más inversores bajistas tiene en su accionariado de toda la bolsa española, sino porque además es una de las compañías a las que más le recortan el precio objetivo.
Según los datos publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los inversores a corto controlan en torno a un 4% de su capital, con lo que se coloca como uno de los valores con más accionistas "a corto" del parqué español.
La caída de los volúmenes y el cambio de regulación, que va a permitir la entrada de la competencia están haciendo que las firmas de inversión revisen sus valoraciones. Si el 1 de enero, el consenso de mercado, que recoge FactSet, establecía un precio objetivo de 27,8 euros ahora considera que la valoración justa de la empresa es de 20,75 euros, lo que supone un recorte del 25 por ciento. Esta delicada situación está provocando que la compañía caiga un 5,5 por ciento desde el 1 de enero, hasta cotizar en los 20,80 euros por acción. Además, es una de las empresas del Ibex 35 en la que los analistas recomiendan vender los títulos.
Detrás de todas estas perspectivas algunos expertos consideran que existe gato encerrado. Y es que los menores precios objetivos los establecen las casas de análisis que están integradas también en Turquoise, plataforma que compite directamente con BME. A pesar de las altas murallas chinas que existen y de las diferencias de negocio entre los equipos de análisis y de venta, se da la paradoja que por ejemplo, la menor valoración la establece Stanford, que es uno de los socios fundadores de esta plataforma.
De media, seis de las casas de análisis que participan en Turquoise -Sanford, Credit Suisse, Exane BNP Paribas, UBS, Goldman Sachs y Kepler- han fijado recientemente el precio justo de BME en los 21 euros de media, mientras que las agencias de valores que no participan en este negocio establecen su valoración en los 26 euros.
Llega la competencia
Pero si esto no fuera poco, esta semana se ha conocido que llega más competencia a BME. De hecho, en el primer trimestre de 2011 está previsto que empiece a operar PAVE (Plataforma Alternativa de Valores Españoles), primera plataforma de negociación alternativa a BME de origen español.
Esta nueva herramienta pretende hacerse con un nicho de mercado en el segmento de hedge funds y fondos cuantitativos, aceptando garantías no sólo en efectivo, sino también en otro tipo de activos, a diferencia de de Chi-X y Turquoise y especializarse en operaciones pequeñas y transacciones sin conocimiento de la contrapartida -conocidas como dark pool- y prevén fijar unas tarifas un 50% inferiores a las de BME. Tal es la ambición de esta nueva compañía, que en su plan de negocio pretende alcanzar una cuota de mercado del 30% en los primeros 18 meses.
Los expertos aseguran que esta situación va a hacer daño a la cotización de BME. "Noticia negativa para el valor dada la amenaza que supone la entrada de este nuevo competidor con una agresiva estrategia. No obstante, vemos difícil que pueda cumplir su objetivo de cuota de mercado, teniendo en cuenta la experiencia de Chi-x y Turquoise, que cuentan después de más de dos años con una cuota de mercado inferior al 3%", dicen las firmas de inversión.
Buenos resultados y gran dividendo
Pero detrás de estas críticas, se esconde una compañía en la que los expertos esperan un beneficio neto para este ejercicio de 151 millones de euros prácticamente en línea con lo que obtuvo en 2009, cuando alcanzó los 150 millones de euros. Junto con estos resultados, BME esconde una tesorería de más de 330 millones de euros, lo que le permite ser la segunda sociedad más generosa por dividendo del mercado español. BME posee una rentabilidad por dividendo del 7,9 por ciento, por encima de las Letras del Tesoro, que apenas ofrecen un uno por ciento.