
Mirar al cielo para encontrar pistas o respuestas que ayuden en la toma de decisiones es una práctica que ha acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. Pero si bien la astrología es considerada una pseudociencia, hay inversores que se guían por una mezcla del análisis técnico con el movimiento de los astros.
Tras la última luna llena del 8 de febrero, Neptuno, que representa el honor y los logros, entró en conversación con Júpiter, el que otorga los regalos y la suerte. Puede ser el momento ideal para recibir dinero, bien sea en forma de una comisión, un bono o incluso ese préstamo que está esperando.
Pero, cuidado, porque Marte se moverá hacia el signo de capricornio a partir de mediados de marzo, y eso significa que los gastos aumentarán durante este periodo. Sin embargo, no se preocupe, pues Júpiter es el protector de sus intereses financieros.
Estos vaticinios se han extraído de las previsiones que la astróloga estadounidense Susan Miller hizo para el mes de febrero, pero no es la única. Hay economistas e inversores que observan los movimientos planetarios para adelantarse a lo que ocurrirá aquí abajo en la Tierra.
Uno de ellos es Arch Crawford, conocido como el astrólogo de Wall Street, quien combina el análisis técnico con el seguimiento de los astros. Desde 1977, escribe sus pronósticos en el blog Crawford Perspectives.
"Los eclipses son los acontecimientos más poderosos en el cielo y pueden tener efectos desde un año antes a un año después. A menudo, son días de grandes movimientos hacia arriba o hacia abajo y fechas de cambios importantes, más o menos de 3 días", explica Crawford en una entrevista con John Navin en Forbes.
El antiguo analista de Merrill Lynch ha utilizado durante años el llamado modelo Bradley en sus análisis. Tal y como él mismo cuenta en su blog, en 1948, Donald A. Bradley escribió un panfleto titulado Predicción del mercado de valores.
En él, describe "el método para crear un modelo de posibilidades del mercado de valores con gran detalle, incluyendo una ponderación para cada uno de los ángulos armónicos ptolemaicos clásicos entre cualquier par de dos planetas". Ahí es nada.
¿Profeta de la crisis de 2008?
Pero si bien algunos años señala con precisión las fechas en las que los principales índices suben o bajan, "otros años parecerá una mezcla aleatoria de garabatos inútiles", lo que de algún modo resta fiabilidad al sistema.
Entre sus aciertos, a Crawford le recuerdan su apuesta por el oro en detrimento de la bolsa en 2006, un movimiento que se anticipó al hundimiento de los mercados en 2008.
Según él mismo, su predicción "fue una combinación de ciclos astronómicos y una fuerte confirmación por parte del análisis técnico".
"Con todo ese dinero fácilmente disponible [antes de la crisis financiera], los usuarios fueron presionados para ponerlo a trabajar en algo rentable", explicaba Crawford en su newsletter de agosto de 2008, semanas antes de la caída de Lehman Brothers. "Eso es por lo que las cosas se desmadraron y cualquier tipo de estafa se proponía y salía adelante", argumentaba.
"Reiteramos que la mayoría de los falsos y deshonestos saldrán a la luz bajo el paso de Marte en oposición a Urano, comenzando la potencial porción de choque de ese ciclo sinódico, del 6 de agosto hasta finales de marzo de 2009", escribió un Crawford que suena a profético más de diez años después.
¿Está escrita en las estrellas la clave para ganar en bolsa?
Henry Weingarten busca las pistas que ofrecen los cuerpos celestes en sus decisiones de inversión. Este septuagenario es el fundador del Astrologers Fund en Nueva York.
Weingarten se considera una especie de oráculo financiero, y en una entrevista con Simon Van Zuylen-Wood en Bloomberg, en julio de 2018, resaltaba su predicción del crash japonés de 1990, así como su mayor acierto reciente, la victoria de Donald Trump en 2016.
"Había visto un doble Júpiter en el horóscopo de Trump, lo que era una gran victoria", señaló Weingarten."Este año tiene un Júpiter-Neptuno", lo que "significa que va a ganar", igual que los mercados. "Júpiter significa victoria", concluyó.
La astrología es una pseudociencia, pero eso no impide que haya personas que se sienten reconfortadas por la certeza aparente de los pronósticos. Los inversores que utilizan este método van más allá de los signos del zodiaco.
Suelen emplear las cartas astrales, también llamadas mapas natales, que hacen un diagrama con la posición exacta del sol, la luna y los planetas en relación con los demás a la hora exacta y el lugar exacto del nacimiento de una persona.
En 1996, Weingarten publicó libro Investing by the Stars, en el que rastreaba la astrología financiera hasta la época de Babilonia. Pero fue en los años 60 cuando David Williams, antiguo empleado de la Consolidated Edison, quiso profesionalizar la materia.
"Williams llegó a la astrología a través de la floreciente teoría de los 'ciclos de negocios', que postulaba que los altibajos del mercado tienen poco que ver con los detalles de las empresas o eventos, pero mucho que ver con patrones como la secuencia de Fibonacci, las manchas solares o las variaciones en Pi", escribió Van Zuylen-Wood en Bloomberg.
"Muchos de estos", pensaba Williams, "estaban conectados a los ciclos planetarios". Entre sus conclusiones, el experto "encontró que durante una serie de ciclos de 9,226 años, el mercado de valores tocó fondo el 80% del tiempo en las posiciones de Aries y Libra y alcanzó máximos el 80% de las veces en Cáncer y Capricornio".
Este asunto ha sido objeto incluso de investigaciones académicas, como esta publicada en el Journal of Empirical Finance, en enero de 2006, sobre las fases de la luna y la rentabilidad de los mercados en 48 países.
El artículo elaborado por Kathy Yuan, Lu Zheng y Qiaoqiao Zhu mostró que la rentabilidad de la renta variable es menor en los días cercanos a una luna llena que en los días próximos a una luna nueva. La diferencia es del 3% y el 5% anual, en lo que se refiere a la rentabilidad, sobre la base de los análisis de dos carteras mundiales: una ponderada por igual y la otra ponderada por valor.