
La pandemia supuso un antes y un después para el cine. Las restricciones y el dominio de las plataformas de streaming acorralaron a un sector ya trastocado. En estos últimos años, se han creado nuevas formas de ver el negocio, una de ellas son los cines de lujo. Estos ofrecen, además de la proyección de la película, asientos de cuero y reclinables con una bandeja propia para consumir comidas y bebidas. En 2018 la cadena de salas Yelmo abrió el primero en España, en el Centro Comercial Xanadú. La carta de restauración incluye desde langostinos en tempura con salsa kimchi hasta los típicos nachos.
Esta estrategia busca ofrecer al espectador un "valor añadido", según Luis Gil, director general de la Federación de Cines de España (FECE). De esta forma, las salas tratan de diferenciarse de las plataformas de streaming. Gil apunta: "Es algo que el espectador valora, y sin duda, es una tendencia que seguirá en el futuro".
El precio de la entrada general en este tipo de salas oscila entre 10 y 12 euros, y solo incluye el acceso a la sala para visionar una película. Después se pueden añadir las bebidas y los alimentos que suponen un desembolso desde unos 10 euros en adelante.
Pero esta no es la única forma de innovar. En los últimos años hemos visto cómo los cines se convierten en espacios de ocio y proyección de películas, como el caso de Cines Equis. También han proliferado las actividades que se pueden hacer dentro de las salas con la emisión de obras de teatro, ópera e incluso la posibilidad de jugar a videojuegos en la gran pantalla.
Al otro lado del planeta, los estadounidenses han optado por contratar empresas externas para que proporcionen los servicios de comida y bebida. De esta forma, se aseguran un ingreso fijo al mes y no dependen del número de espectadores que acudan a las salas. Para cadenas de cines norteamericanos como Marcus Theatres este negocio ya supone el 44% de sus ingresos, según informa la CNBC.
Yelmo y Cinesa son las principales cadenas de cine en España, ambas suman 85, distribuidas por todo el país. En 2020 acumularon un déficit de 83 millones de euros, una cifra muy distinta a 2019 cuando obtuvieron un resultado positivo, cerca de 20 millones de euros. Ambas compañías recibieron subvenciones por parte del Estado en 2022. En concreto a Yelmo se le concedieron 856.000 euros y a Cinesa, 825.000 euros.
Espectadores y recaudación
Después de años de crisis, el confinamiento y las medidas aplicadas para evitar el contagio supusieron un nuevo mazazo para el sector cinematográfico y, en especial, para las salas de cine. De 2019 a 2021 se cerraron 54 salas de cines, según datos del Ministerio de Cultura.
Sin embargo, el dato más llamativo es la caída de espectadores: de 104 millones en 2019 a los 62 millones en 2022, según datos proporcionados por ComScore. Pese a que las cifras están lejos de las prepandémicas, suponen una ligera recuperación en comparación al ejercicio anterior, en el que se superaron ligeramente los 40 millones.
En esta línea, la recaudación también ha sufrido una caída notable: en 2022 se ingresó un 38% menos que en 2019. Aunque, como en el caso de los espectadores, ha habido un repunte de más de 100 millones respecto al 2021. Avatar: El sentido del agua y Padre no hay más que uno 3 son los principales estrenos que han ayudado a impulsar la recuperación de este sector en los últimos meses.
Para el presente ejercicio se espera que la situación continúe mejorando, según un informe Gower Street Analytics. La consultora estima que en 2023 la taquilla alcanzará los 29.000 millones de dólares en todo el mundo frente a los 25.800 millones de 2022. Sin embargo, no será hasta 2024 cuando se recupere la misma situación previa a la pandemia, todo ello si continúa la tendencia actual. Un pronóstico en el que la consultora PwC es más optimista, ya que apunta a que será este año cuando se igualen las cifras. Incluso prevé que en 2026 se alcanzarán los máximos históricos con unos ingresos de 52.000 millones de dólares.