El sector petrolero de Noruega tenía la esperanza de seguir creciendo en el futuro a costa de nuevas perforaciones en el Ártico, algo de lo que se pueden ir olvidando. Los partidos políticos se muestran cada vez más reacios a seguir perforando hielo y mar para extraer oro negro y parece que esta tendencia va a continuar a pesar del 'tesoro' que esconde el Ártico. | Sin petróleo, Noruega está condenada a dejar de ser el 'paraíso' de las ayudas sociales
Las islas Lofoten, en el Ártico, podrían contener miles de millones de barriles de crudo, según destacan desde Bloomberg, pero puede que ese petróleo nunca llegue a salir a la superficie.
Es poco probable que las elecciones generales, que tendrán lugar el próximo mes, desbloqueen el punto muerto que mantiene viva la prohibición de perforar frente al archipiélago, un espacio ecológico protegido y que es vulnerable a la actividad petrolera. Además, un porcentaje cada vez mayor de noruegos dan la espalda a este sector que ha contribuido de forma sensible a convertir al país en uno de los más ricos del mundo.
"Es un tema acabado", asegura Frank Aarebrot, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Bergen. Respaldados por los sindicatos y el mundo empresarial, los dos principales partidos de Noruega, el Laborista y los Conservadores, llevan años analizando medidas para abrir la zona a la exploración. Pero hasta ahora han tenido que hacer concesiones a partidos más pequeños que se muestran firmes en su postura de mantener las islas Lofoten libres de petróleo.
Un ecosistema único
Esto se debe a que la zona es una maravilla natural. Las aguas que brotan del archipiélago escarpado albergan el arrecife de coral de aguas frías más grande del mundo y un área de reproducción para el 70% de todos los peces capturados en los mares de Noruega y Barents, según WWF. Las islas también contienen la mayor colonia de aves marinas de Europa continental.
Quienes se oponen a la exploración petrolera sostienen que un derrame provocaría un daño catastrófico y que Noruega infringirá el tratado climático de París.
Un sector 'decadente'
Varias compañías petroleras, encabezadas por la empresa estatal Statoil, el mayor productor noruego, dicen que obtener ese acceso es clave si el país quiere mantener la producción de petróleo y gas, que según los pronósticos caerá nuevamente a partir de 2025 después de haberse desplomado ya un 12% desde los máximos vistos en 2001.
En el año 2016, el sector del petróleo y del gas natural representó alrededor del 40% de los ingresos de exportación de Noruega y más del 12% del producto interno bruto del país. La producción de petróleo y otros líquidos de Noruega alcanzó su máximo en 2001 con 3,4 millones de barriles diarios, mientras que en la actualidad ha disminuido hasta 2,0 millones de barriles al día, según dantes de la Agencia de la Energía de EEUU.
Si bien el Gobierno estima que Lofoten podría contener unos 1.300 millones de barriles de petróleo equivalente, Konkraft, un grupo del sector, ha dicho que los recursos podrían superar los 3.000 millones de barriles. Si es todo crudo (una parta podría ser gas), podría representar al menos 65.000 millones de dólares de valor en ventas, según los precios actuales.
"Dependemos de hacer nuevos hallazgos para tener nuevos proyectos en ese marco temporal", según asegura por teléfono el portavoz de Statoil Bard Glad. "Eso también destaca la urgencia de una evaluación de impacto para Lofoten y Vesteraalen".
El debate sobre Lofoten enmarca una discusión más amplia en Noruega sobre el rol que debería asumir el productor más grande de petróleo y gas de Europa en la lucha contra el cambio climático. Alrededor del 44% de los noruegos desearían dejar parte del petróleo en el suelo si eso contribuye a reducir las emisiones, según una encuesta de Ipsos realizada este mes para Dagbladet.
La cuestión es también si existirá realmente una necesidad real para extraer ese crudo ahora que el crecimiento de la demanda se está suavizando. Dado que los precios de la energía renovable son cada vez más competitivos y los productores petroleros, desde Exxon Mobil hasta la OPEP están elevando sus pronósticos correspondientes a las ventas de automóviles eléctricos, la gran industria petrolera internacional ha comenzado a decir que la demanda de crudo alcanzará su pico máximo ya en la próxima década.