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El 'consejo' de la OPEP que ha hecho del fracking una industria casi invencible

  • La industria del fracking es ahora más flexible y resistente que en 2015
  • Las grandes petroleras de EEUU también están apostando por el shale
  • EEUU ya está bombeando por encima de los 9 millones de barriles al día
Una bandera de EEUU desplegada en la refinería de Tesoro, en Los Ángeles. Reuters

Cuando las figuras más destacadas de la industria petrolera se reunieron hace un año en Houston, Ali Al-Naimi, el ministro de Petróleo de Arabía Saudí, dio un duro consejo a las empresas de shale estadounidenses que se enfrentaban a dificultades tras el desplome de los precios del petróleo. Lo que quizá no sabía este ministro es que esta industria iba a usar ese soberbio consejo para renacer con más fuerza que nunca.

"Reduzcan sus costes, pidan préstamos o liquiden la empresa", dijo Ali Al-Naimi, quien dirigió Aramco, el tesoro petrolero de Arabia Saudí, durante más de dos décadas.

Desde que ese consejo con cierto tono de superioridad se quedó retumbando en las cabezas de los directivos de la industria del fracking, las empresas del sector comenzaron a seguirlo al pie de la letra, más por necesidad que por otra razón cualquiera. Más de cien firmas quebraron desde comienzos de 2015, pero las compañías que sobrevivieron se han reorganizado en versiones más aptas, ágiles y veloces que pueden salir adelante con el barril de petróleo a 50 dólares, explican desde Bloomberg.

Ahora es la OPEP la que está desesperada

Ahora es la OPEP la que busca soluciones, desesperada por hacer subir los precios a base de recortes de la producción, liderados por Arabia Saudí. Sin embargo, el petróleo ni siquiera toca los 60 dólares que el cártel ve como precio idóneo.

"El negocio del shale se ha renovado debido a las dificultades que atravesó", explica Ben van Beurden, máximo responsable de Royal Dutch Shell. Ahora, la industria del fracking es más flexible, incurre en menores costes y parece que puede resistir cualquier envite.

Después del desplome histórico del petróleo, que pasó de 100 dólares el barril a 26 dólares en poco más de año y medio, la producción estadounidense está de nuevo en aumento, lo que abre la puerta a otro enfrentamiento con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La cantidad equipos de perforación activos ha crecido un 91%, superando los 602 equipos en poco más de nueve meses. Mientras, la producción se ha incrementado en más de 550.000 barriles diarios desde el verano, superando los 9 millones de barriles diarios por primera vez desde abril.

Una combinación explosiva: fracking y Trump

No sólo el shale vuelve con fuerza, sino que al contrario que en sus inicios en los que pequeños emprendedores y atrevidos inversores dieron forma a la primera fase de la revolución en las formaciones de Bakken en Dakota del Norte; esta vez, también Exxon Mobil y otros grandes grupos petroleros se suman a la fiebre. Se trata de una nueva realidad que la OPEP y Rusia (las principales fuerzas que impulsan los recortes de producción aprobados el año pasado como solución para reequilibrar el mercado mundial) están empezando a reconocer.

"Con el barril en 55 dólares vemos a todos muy felices en Estados Unidos", asegura Didier Casimiro, ejecutivo sénior de Rosneft PJSC en Moscú.

Exxon destinará este año alrededor de un tercio de su presupuesto de perforación a los yacimientos de shale que darán flujo de caja en tan sólo tres años, ha asegurado la semana pasada el máximo ejecutivo Darren Woods. En enero, Exxon acordó pagar 6.600 millones de dólares por una adquisición que busca más que duplicar la presencia de la compañía en la Cuenca Pérmica del oeste de Texas y Nuevo México, el yacimiento de shale estadounidense más fértil.

Si a esta mezcla explosiva se suma la elección del presidente Donald Trump, que con las promesas de menor regulación, más oleoductos y de lograr la independencia energética, se verá por qué el estado de ánimo en CERAWeek, la conferencia que todos los años congrega a ejecutivos petroleros, banqueros e inversores en Houston, será mucho más alegre la semana que viene que en 2016.

"Las empresas petroleras de América del Norte van a aumentar el gasto un 25% en 2017 respecto al año pasado", asegura Daniel Yergin, historiador y consultor petrolero que organiza CERAWeek. "El aumento refleja el magnetismo del shale estadounidense".

Con todo esto, en la jornada presente el barril de West Texas cae alrededor de un 0,7% hasta los 52,9 dólares la unidad. Por su parte, el barril de Brent (crudo de referencia en Europa) retrocede un 0,7% hasta los 55,5 dólares por unidad.

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