
A medida que aumenta el número de petroleras que planean dejar Noruega, más mensajes alarmistas y 'amenazadores' salen desde el Ministerio de Petróleo y Energía del país nórdico. Los funcionarios han advertido a las compañías este mes de que podrían marcharse y terminar debiendo miles de millones de dólares. Y es que cerrar los yacimientos petroleros que se han explotado durante años tiene un precio elevado. Grandes firmas están vendiendo sus activos a otras más pequeñas que podrían no ser suficientemente solventes para afrontar el cierre de los yacimientos cuando llegue la hora.
Esta normativa (que obliga a las firmas a pagar el cierre de los yacimientos) impide que se puede traspasar la factura a los contribuyentes. No obstante, desde el gobierno temen que las nuevas empresas que están adquiriendo los activos de los gigantes petroleros no puedan afrontar los costes que suponen la desmantelación de toda la maquinaria: "Temen que algunos de los pilares del sector, como Shell y Exxon, salgan de la plataforma continental noruega", señala Erik Haugane, un veterano de la industria que ahora encabeza la pequeña compañía petrolera Okea, en una entrevista en Stavanger el jueves.
Mientras que las grandes petroleras cambian de estrategia para soportar mejor la caída de los precios de las materias primas y las eléctricas reconsideran su exposición a los combustibles fósiles, el mayor productor europeo de petróleo y gas se enfrenta una fuga de productores con probada solvencia financiera, mientras que llegan compañías menores, menos solventes y más especializadas.
Además, las previsiones no son nada halagüeñas para el país nórdico. El sector ha anunciado que los recortes en el gasto para el próximo año van a seguir siendo intensos. El gasto será de unos 17.200 millones de dólares, un 3,6% inferior al de 2016. Tommy Hansen, director de comunicación de Norwegian Oil & Gas Association, señala que "2017 será un reto", el tercer año consecutivo de recortes en el sector.
Un precio importante para Noruega
Hay mucho en juego para Noruega, donde la producción de crudo ha caído a la mitad desde el pico del año 2000, a medida que los yacimientos se secan después de décadas de producción. Ahora, los posibles gastos para desmantelar cerca de 500 instalaciones podrían alcanzar los 20.000 millones de dólares.
Exxon Mobil y Total están considerando vender sus activos en Noruega, mientras que Royal Dutch Shell, la mayor compañía petrolera de Europa, podría acabar también con todas las operaciones en el país. Empresas eléctricas como RWE y EON han vendido sus filiales de petróleo y gas, y Engie y Dong Energy tienen previsto seguir sus pasos.
Entre los posibles compradores están Aker, que es el resultado de una fusión entre la filial local de BP y Det Norske Oljeselskap, y DEA Deutsche Edoel, propiedad del multimillonario ruso Mikhail Fridman. Compañías respaldadas por capital riesgo como Neptune Oil & Gas y la noruega HitecVision también podrían estar interesadas. "Es bastante razonable que el Gobierno piense en el tamaño de las compañías que operan en Noruega y su capacidad para manejar posibles obligaciones en el futuro", dijo David Latin, director general de la división noruega de OMV.
Los ejecutivos no se han puesto de acuerdo sobre el impacto que tendrá este cambio de cromos. Martin Borthne, jefe de las operaciones y proyectos de Total en el país, y Bernd Schrimpf, que encabeza la división noruega de Wintershall, dicen no esperar ningún impacto importante.
Aunque puede complicar algunas transacciones, "los factores fundamentales de las fusiones y adquisiciones son más fuertes que eso", dijo el jefe para Noruega de Engie, Cedric Osterrieth. Atle Sonesen, que encabeza la filial noruega de la alemana Verbundnetz Gas, la cual busca adquisiciones, ve sin embargo el cambio como otro escollo para llevar a cabo acuerdos.
Wollan Einum, abogado en Simonsen Vogt Wiig, destaca que "se corre el riesgo de que las transacciones no se completen porque el comprador y el vendedor podrían no ponerse de acuerdo con el precio, puede que las empresas no estén muy interesadas en mantener su actividad en Noruega".