
Sant Cugat del Vallès (Barcelona), 27 may (EFE).- El presidente y consejero delegado de Grifols, Víctor Grífols, ha llamado hoy a los accionistas de la compañía a confiar en sus sucesores, uno de los cuales, su hijo Víctor Grífols Deu, se ha incorporado hoy al consejo de administración.
Víctor GRIFOLS (GRF.MC)Deu, representante de la cuarta generación de la familia propietaria, y Raimon Grífols Roura, hermano del presidente y que ya formaba parte del consejo, serán consejeros delegados solidarios a partir de 2017, por lo que el plan sucesorio al frente de esta compañía fabricante de hemoderivados ha centrado buena parte de la atención de la Junta de Accionistas, celebrada hoy en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
En su intervención ante los accionistas, Víctor Grífols, que ejercerá de presidente no ejecutivo del consejo a partir del año que viene, ha destacado que sus sucesores "lo harán mucho mejor" que él, y ha recordado que su padre le cedió el mando de la compañía también cuando éste tenía 67 años.
"Tenemos un equipo detrás de nosotros que está muy bien preparado, mucho mejor que nosotros mismos. (...) No tengan ningún miedo. Lo que está detrás es mucho mejor que lo que ha estado hasta ahora", ha subrayado Víctor Grífols en su intervención, en un gesto de claro respaldo a sus sucesores.
Con todo, Grífols también ha bromeado en torno al plan sucesorio al comentar que su relevo saldría "un poco más caro, porque yo hacía el trabajo de dos, pero ya procuraremos que lo hagan mejor que yo", ha añadido, entre risas de los asistentes.
Al acabar la Junta, Víctor Grífols y sus sucesores han comparecido ante la prensa para escenificar el relevo al frente de esta multinacional catalana, que es el tercer fabricante mundial de hemoderivados.
Preguntados por cómo se repartirán el trabajo una vez sean consejeros delegados, los sucesores de Víctor Grífols han asegurado que no se dividirán tareas, sino que, por el momento, su idea es trabajar "muy juntos".
Raimon Grífols Roura, de 52 años, ha estado muy involucrado en el área legal de la compañía, pero a partir del 1 de julio abandonará esta tarea para centrarse en la preparación para ser consejero delegado.
Por su parte, Víctor Grífols Deu, que lleva desde el año 2000 en la compañía y tiene 39 años, "esencialmente en el área de finanzas", ha asegurado que intentará aplicar todo lo aprendido en este tiempo "a otro tipo de función más global", y ha confesado al mismo tiempo que quería aportar "muchas ideas frescas".
Preguntado por si el mercado se puede tomar mal la sucesión en Grífols, el actual consejero delegado ha asegurado que es un relevo "organizado" y bien planteado, "y si se lo toman mal, pues nos da igual", ha espetado, y ha añadido que los futuros consejeros delegados actuarán "como un matrimonio moderno, donde todos hacen la cama o la comida", ha asegurado a modo de ejemplo.
Por otra parte, Víctor Grífols ha aprovechado su intervención ante la Junta para sacar pecho por la evolución de la cotización de Grifols en los diez años que lleva en bolsa.
En este punto, ha comentado que si se compara la evolución de los títulos de Grifols con los de una compañía tan admirada como Inditex, las primeras se han revalorizado un 794,5 % en estos diez años, por un 352,7 % de las segundas, y ha asegurado que de mayo de 2006 al mismo mes de 2016 el Ibex había cedido un 25,1 %.
Asimismo, Víctor Grífols ha asegurado que en estos diez años la multinacional ha invertido un total de 6.310 millones entre inversiones productivas, adquisiciones e inversiones en I+D, y que el beneficio de la multinacional se ha multiplicado por 20,5 y sus ingresos lo han hecho en 7,5 veces.
En esta línea, se ha mostrado convencido de que sus sucesores podrán presentar en un futuro un balance tan positivo o incluso mejor que el suyo.
Grifols, multinacional controlada en un 34 % por la familia Grífols, ganó el año pasado un total de 532,1 millones de euros, un 13,2 % más, y aumentó sus ingresos hasta los 3.934,6 millones de euros, un 17,3 % más.