
La caída del precio del petróleo ha sido un alivio para los consumidores, que ahora se ahora se ahorran unos euros cada vez que llenan el depósito. Pero esta reducción del precio de los hidrocarburos pueden convertir al petróleo en un duro competidor del coche eléctrico, cuya principal ventaja para el consumidor (sin contar el componente medioambiental) es su bajo coste de repostaje.
Razones de peso
Según la revista británica The Economist, la caída del precio del petróleo queda lejos de ser un enemigo para el coche eléctrico. Y es que según destaca el semanario un coche de gasolina nunca podrá recorrer 150 kilómetros por dos dólares, que es el coste medio de cargar la batería de un coche eléctrico.
Por otro lado, los consumidores cada vez están más concienciados con la sostenibilidad y el medio ambiente, de modo que el precio del coche eléctrico está pasando a un segundo plano. Este vehículo se está convirtiendo en una insignia que demuestra el compromiso con el mundo, el compromiso por hacer un mundo mejor, un valor de marca que al que no puede optar un coche de gasolina.
Además con el tiempo y el avance de la tecnología, llegará un momento que se consigan fabricar coches eléctricos mucho más baratos y con unas baterías que permitan recorrer cientos de kilómetros con una sola carga.
Las mejoras producto de la tecnología cambian el mundo constantemente. Al igual que gracias a la tecnología implementada en la técnica del 'fracking' ha permitido que el precio del crudo caiga gracias a la mayor producción en EEUU, las mejoras tecnológicas también permitirá al coche eléctrico competir vía precios con el coche de gasolina.