
El Gremio de Libreros de Madrid recibe de la Comunidad 35.000 euros anuales para la realización de proyectos. Esto incluye la 'Feria del Libro de Madrid', que se lleva la totalidad de esta suma.
La Comunidad de Madrid cuenta con alrededor de 500 establecimientos que encajan en la definición de librería, lo que supone en torno al 11,5 por ciento del total de librerías en España. Y es que los criterios para resolver la dificultad de determinar o definir los establecimientos que pueden ser considerados como librerías en sentido estricto se ha visto facilitada desde el año 2009 por la nueva Clasificación Nacional de Actividades Económicas que otorgó a la actividad de la Librería un epígrafe específico, el 4.761. En este epígrafe se considera "el comercio al por menor de libros en establecimientos especializados, excluyendo el comercio al por menor de libros antiguos o de segunda mano". "Así, definimos la librería como establecimiento dedicado al comercio al por menor especializado en libros -excluyendo el comercio al por menor de libro antiguo y de segunda mano-, cuya actividad principal es la venta de libros", explica Fernando Valverde González, del Gremio de Libreros de Madrid. El citado gremio agrupa a 168 empresas en la actualidad. La pertenencia al gremio exige que las librerías dediquen al menos un espacio del 70 por ciento a los libros, y cuya venta se sitúa por encima de los 150.000 euros anuales, aunque esta última condición se está aplicando con mucha flexibilidad dadas las circunstancias de crisis que vivimos, y en razón a la aparición de librerías de tamaño muy reducido y que combinan la venta de libros con otra u otras actividades.
Esto se explica porque, por desgracia, las ventas de libros han caído en España alrededor de un 40 por ciento entre 2008 y 2014, aunque se observa un repunte que en el mejor de los casos no llega al 2 por ciento en 2015 y comienzo de 2016. "En ese tiempo han cerrado numerosas librerías, tan emblemáticas como Rumor, Paradox, Pedagógica, Aviraneta, La Regenta, Altaïr, Blanco, Diálogo? sólo en Madrid", cuenta Valverde. "Y es en 2015 cuando esta tendencia se rompió con la apertura de pequeñas -muy pequeñas- librerías que combinan sus espacios con otras actividades", añade.
"Desde el punto de vista institucional, hay una clamorosa falta de apoyo a una industria -la del libro- que supone el 1,6 por ciento del PIB. Las ayudas al sector son escasas y las pocas que hay se destinan casi en su totalidad a subvencionar proyectos editoriales y revistas de eminente relevancia cultural. Los concursos de suministro a Organismos del Estado incluyen requisitos que en muchos casos impiden a los libreros optar a los mismos, con condiciones imposibles de alcanzar", denuncia Valverde. A pesar de las dificultades, el sector ha conseguido desarrollar en esta última década proyectos de modernización tecnológica que pueden considerarse punteros. "Herramientas como DILVE/ISBN, SINLI o LIBRIRED -éste último desarrollado por los libreros españoles-, demuestran que el sector en su conjunto apuesta decididamente por la modernización tecnológica".
El Gremio de Libreros madrileño tiene en marcha proyectos de colaboración con Madrid es Moda, que se celebró en la segunda semana de septiembre en Madrid y donde participaron 14 librerías; la Semana de la Arquitectura, que contará con otras tantas librerías programando actividades en sus espacios y dedicando escaparates y mesas a temáticas relacionadas con ciudad, urbanismo?; PoeMad, que se celebrará a finales de octubre en Conde Duque y al que se suman una veintena de librerías programando presentaciones y recitales en sus establecimientos; la Semana de la Ciencia, para llevar a científicos a las librerías y que ofrezcan charlas de divulgación sobre diversos temas, y un largo etecétera.
Así, reciben de la Comunidad de Madrid para la realización de proyectos 35.000 euros anuales. Esto incluye la Feria del Libro de Madrid, que se lleva la totalidad de esta suma. Es por ello que desde el gremio pedirían a las distintas Administraciones apoyo institucional -y económico- a la celebración del Día del Libro y al Día de las Librerías y una mayor dotación a las compras de libros para las bibliotecas, y mecanismos claros de adquisición en las librerías: "En 2016, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso a través de 10 pliegos diferentes, que sumaban un total de 3.500.000 euros. Siendo esta una noticia enormemente positiva por lo que supone de renovación y dotación de fondos a la red de bibliotecas, tiene su contrapartida muy negativa, y es que las librerías independientes de la ciudad se quedaron fuera de este suministro por no poder cumplir con las condiciones exigidas en esta convocatoria, que las excluyen de hecho".
También reclaman la homologación del Sello de Calidad de las Librerías de Madrid, impulsar exenciones fiscales (IBI) a las librerías y establecimientos culturales, créditos preferentes y con coste de tramitación e intereses cero o cercanos a cero, para modernización de espacios, mejoras tecnológicas?; un plan de formación para libreros, un Bono Cultura para incentivar en los jóvenes el consumo cultural -libros, cine...- y hacerlo en la red de librerías independientes adheridas a la campaña, y un largo etcétera.