El papel de los departamentos de cumplimiento normativo o del oficial de cumplimiento -o compliance officer- se estanca en el sector financiero. Así, el número de estos profesionales que reportan directamente con el CEO de su entidad ha caído casi un 10 por ciento en los dos últimos años: un 31 por ciento en 2016, frente al 38 de 2015 y al 40 por ciento de 2014.
Esta evolución ha sido puesta de manifiesto por el Estudio de los riesgos del compliance 2016, elaborado por Accenture. Los resultados son fruto de la encuesta realizada a 150 compliance officers de empresas europeas, americanas y de la zona de Asia-Pacífico del sector de la banca, los mercados de capitales y las aseguradoras.
Los oficiales de cumplimiento que informan al Consejo de Administración, por su parte, son el 28 por ciento, y los que lo hacen al departamento jurídico son el 23 por ciento. A pesar de que el papel de los profesionales en el seno de las compañías ha sufrido un frenazo, el barómetro también destaca que crece el número de empresas que demandan el servicio de los departamentos de cumplimiento normativo.
Según Josep Nadal, managing director de Accenture, esta aparente contradicción se explica por la combinación de dos factores: el incremento de las normas que afectan al sector y un escenario de reducción de costes. "El crecimiento de la demanda se debe principalmente a la fuerte presión regulatoria a la que se encuentra sometido el sector financiero en búsqueda de la recuperación de la confianza", explica.
Los dos principales retos que señalan los compliance officers que deberán afrontar sus departamentos en los próximos 12 meses son los cambios asociados al desarrollo de las nuevas tecnologías y la protección de datos.
"Ambos abren un universo de posibilidades para la mejora del servicio al cliente, pero llevan asociados nuevos riesgos", razona Nadal, y augura: "la percepción de seguridad que tengan los usuarios al usar estas nuevas tecnologías serán un factor clave para su velocidad de adopción".
Asimismo, preguntados por los principales riesgos a los que se enfrentan, desde la óptica del cumplimiento normativo en el sector financiero, el 50 por ciento de los encuestados apunta al fraude y a la delincuencia financiera, así como a la ciberdelincuencia.
Tras los mismos aparecen las dificultades para poder adaptarse a las novedades en materia de cumplimiento, así como a la estrategia de negocio de la entidad.
Nadal subraya el "círculo virtuoso" que supone el cumplimiento normativo para el éxito del sector. "Mejor compliance garantiza la confianza del inversor y la protección del consumidor; ello conlleva mejor reputación; y mejor reputación significa mejor riesgo y más rentabilidad ajustada al riesgo bancario".