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La Policía continúa investigando el robo de ayer en la casa del doctor Ignacio Frade

Madrid, 12 abr (EFE).- La Policía Nacional continúa investigando el robo ayer en el domicilio del doctor Ignacio Frade, en el que el facultativo resultó herido al encontrar dentro a unos atracadores que habían retenido a su padre y a una empleada doméstica, aunque por el momento descarta que lo perpetraran unos sicarios.

Así lo han explicado a Efe fuentes de la investigación, que han precisado que los agentes han recogido el testimonio del doctor, que anoche relató a varios medios de comunicación en la puerta del domicilio que creía que el robo lo habían perpetrado unos sicarios contratados por alguien que buscaba unos documentos suyos que incriminan a otras personas.

La investigación continúa, aunque inicialmente, a falta de avanzar más se descarta que el robo lo cometiesen sicarios, según las fuentes.

El suceso ocurrió ayer sobre las tres de la tarde, cuando varias personas entraron en el domicilio del doctor, en un cuarto piso del numero 9 de la avenida del Mediterráneo, y amenazaron y maniataron a su padre, de 94 años, y a una empleada del hogar.

Ignacio Frade entró en ese momento y se enfrentó a los ladrones, logrando que se fuesen, aunque resultó herido en la cabeza, mientras su padre y la mujer resultaron ilesos.

Inicialmente la Policía creyó que se trataba de un atraco con rehenes, ya que las llamadas iniciales apuntaban a eso, y se desplegó un amplio dispositivo policial, hasta que se comprobó lo que realmente había ocurrido.

La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, ha dicho hoy sobre este suceso que se sigue investigando y ha reconocido que inicialmente hubo confusión sobre lo que había ocurrido.

El doctor Ignacio Frade fue testigo en el caso Antonio Meño, un hombre que en julio de 1989 quedó, cuando tenía 21 años, en coma vegetativo tras someterse a una rinoplastia en la Clínica Nuestra Señora de América de Madrid, entidad que quedó absuelta tras los juicios iniciados por sus padres.

Tras 22 años de litigio en los tribunales en los que los padres del joven llegaron incluso a acampar en 2009 en la plaza de Jacinto Benavente para reclamar justicia, el caso quedó cerrado en 2011. La familia llegó a un acuerdo con las aseguradoras para indemnizarle con 1.075.000 euros.

Durante el proceso, el Tribunal Supremo anuló las sentencias dictadas anteriormente al admitir una demanda de revisión presentada por la familia, en la que el doctor Frade reconocía que durante la intervención a Meño el anestesista se ausentó y no estuvo presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco del paciente.

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