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Condena a una tasadora por inflar valoraciones de viviendas para la firma de hipotecas

La Sala Primera del Tribunal Supremo ha fallado en contra de la tasadora Grupo Tasavalor por haber sobrevalorado varios inmuebles para la constitución de hipotecas, lo que ocasionó perjuicios a la entidad de crédito Cajamar Caja Rural, entonces Caixa Rural de Baleares, a la hora de cobrar deudas a los hipotecados que no estaban cubiertas por el valor real de las viviendas.

Del litigio han resultado culpables la tasadora, su aseguradora (Aserma) y el técnico de que firmaba los certificados. Además, el Supremo entiende que contribuyó a los hechos la conducta delictiva del empleado de la Caixa Rural, el director de la oficina, que había gestionado los préstamos.

Así, tras desestimar un recurso de casación interpuesto por la tasadora y su aseguradora, confirma la responsabilidad contractual que unía a ambas con la entidad, ya que aunque formalmente los servicios los pagaran el clientes, materialmente la tasadora actuaba en el marco del convenio con Caixa Rural, del que se derivaban beneficios para ambas entidades.

Asimismo, constata la existencia de una trama en la que los préstamos se solicitaban por unas personas distintas de las que recibían el dinero, lo que contribuyó a que la entidad de crédito no pudiera resarcirse de los deudores en la parte no cubierta por el valor real de los bienes.

Las tasadoras han estado en el punto de mira desde que estalló la burbuja inmobiliaria, puesto que se les ha acusado de inflar los valores de los inmuebles sobre los que se concedía una hipoteca para dotar de más crédito a los compradores y poder acceder con más facilidad a la compra de una vivienda.

Ello habría estado detrás del sobreendeudamiento de las familias y de la posterior sobrecarga del stock de viviendas en manos la banca en una fase más avanzada de la crisis.

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