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La Unión Europea estudia prohibir a China la compra de compañías estratégicas

  • Busca evitar que empresas estatales se hagan con estas mercantiles
  • La guerra comercial entre Estados Unidos y China aumenta este problema
Foto: Archivo

La Comisaría de la Competencia de la nueva Comisión Europea (CE), Margrethe Vestager, ha anunciado que su Departamento estudia una propuesta del Ejecutivo holandés para evitar que empresas que de países terceros, que no pertenecen a los Estados comunitarios, adquieran empresas europeas mediante prácticas que violan las normas de la competencia, como es el caso de apelar de forma casi ilimitada a la financiación del estado, como es el caso de diversas tecnológicas chinas y empresas de otros sectores estratégicos de ese país, que tienen ventajas comparativas respecto de otras empresas locales, porque están financiadas por el Estado chino.

Esta financiación pública está produciendo una hiperinflación de los precios de las empresas, fuera de las normas del mercado, impidiendo que sean otras sociedades europeas las que puedan buscar la oportunidad de hacer una consolidación en un sector estratégico para coger músculo con respecto a la productividad y a las posibilidades de financiación.

Relaciones desequilibradas

Bruselas considera que La UE y China son mercados mutuamente estratégicos, que comercian por término medio más de 1.000 millones de euros al día. El crecimiento del mercado interior y del peso económico de China brinda importantes oportunidades. China también se ha convertido progresivamente en un competidor estratégico de la UE, sin reciprocidad de acceso a los mercados ni condiciones de competencia equitativas. El mayor peso económico de China aumenta el riesgo de efectos colaterales negativos en la economía mundial como consecuencia de las distorsiones del sistema económico chino y de una posible recesión económica repentina. El enfoque de la UE con respecto a China debe, por tanto, tener en cuenta la naturaleza cambiante de la economía china.

Sin embargo, la Comisión Europea no ha sido consciente hasta ahora de este problema. Fruto de esta cegazón se puede destacar la negativa de la Comisión a que Alstom y Siemens, los dos principales fabricantes de trenes de Europa se pudiesen fusionar para adquirir tamaño y evitar que las empresas de fuera de Europa pudiesen hacerse con paquetes importantes de su capital, en particular al primer fabricante de trenes del mundo, la china CRRC, que puja con un inagotable soporte financiero del Estado chino.

China mantiene sus mercados interiores para sus campeones, protegiéndolos de la competencia mediante una apertura selectiva de los mercados; la concesión de licencias y otras restricciones a la inversión; fuertes subvenciones a las empresas públicas y privadas; el cierre de su mercado de contratación pública; obligaciones de localización, incluidos los datos; el favorecimiento de los operadores nacionales en la protección y el ejercicio de los derechos de propiedad intelectual y otras leyes nacionales, y la limitación del acceso de las empresas extranjeras a los programas financiados por el Estado.

En declaraciones a Financial Times, Vestager confesaba al diario británico que "detectamos que había una brecha, por ejemplo, cuando una empresa estatal compra una empresa europea y puede pagar cualquier cifra que quiera porque los potenciales rivales deben pujar contra las arcas públicas". "Estamos en proceso de tratar de averiguar qué hacer al respecto", añadía la comisaria. La propuesta holandesa plantea que los Estados miembros doten al Ejecutivo comunitario de nuevas competencias para investigar la conducta de las empresas que detecte que están llevando a cabo un comportamiento distorsionador gracias a los apoyos económicos gubernamentales de sus países, o si considera que obtienen ganancias excesivas en virtud de una posición dominante en sus propio países.

"Si quieren entrar en nuestro campo de juego, deben de hacerlo con nuestras regalas", señala la titular de Economía holandesa

Bruselas podría responder obligando a la empresa no perteneciente a la UE a ser más transparentes en su contabilidad para saber de dónde provienen sus fondos, o prohibiendo ciertos comportamientos, como cobrar precios artificialmente bajos en la UE para eliminar a sus competidores o buscar adquisiciones que no sean realmente rentables.

Los líderes de la UE están exigiendo respuestas a la agresiva expansión en Europa por parte de las empresas chinas con apoyo de Pekín. La inversión china en la UE alcanzó los 37.200 millones de euros en 2016, según cifras del Grupo Rhodium, un proveedor de proveedor de investigación independiente que analiza las tendencias económicas globales.

Mona Keijzer, titular de Economía de Holanda, ha explicado que "lo que proponemos es dotar a la Comisión de nuevas competencias como, por ejemplo, herramientas que aseguren un campo de juego equilibrado. Si quieren entrar en nuestro campo de juego, deben de hacerlo con nuestras regalas".

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