
El Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles revela en un estudio que hay una desigualdad persistente, con una menor presencia femenina en puestos directivos y en sectores tradicionalmente masculinizados, a pesar de avances en la participación laboral femenina en las últimas décadas
La participación de la mujer en el mercado laboral español ha experimentado cambios significativos en las últimas cuatro décadas, impulsados por transformaciones socioculturales y avances legislativos, según las conclusiones del informe El rol de la mujer en la empresa española, elaborado por el Colegio de Registradores, según los datos de los depósitos de cuentas anuales de del ejercicio 2023.
En general, las microempresas y las grandes empresas muestran una mayor proporción de empleo femenino en comparación con las pequeñas empresas: grandes empresas (47,3%), microempresas (39%); medianas empresas (38,3%) y pequeñas empresas (35,1%). En términos absolutos, las pymes emplean a alrededor de 1,5 millones de mujeres, mientras que las grandes empresas emplean a poco más de 1,4 millones. s. Se identifican áreas donde se requiere un mayor impulso hacia la igualdad de género.
La participación femenina era limitada, con una tasa de actividad del 27,8% en 1980. Las mujeres se concentraban en sectores tradicionales como el comercio y la administración, con poca presencia en roles de liderazgo o sectores técnicos. La ratificación de la Carta Social Europea en 1980 marcó un hito al reconocer la igualdad entre sexos en el ámbito laboral.
La tasa de actividad femenina aumentó de forma sostenida hasta el 40,7% en 1999. Este incremento reflejó la incorporación de más mujeres al mercado laboral y el impacto de normativas como la Ley 31/1995 sobre igualdad de oportunidades en el trabajo. La Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres estableció medidas como cuotas en consejos de administración y fomento de la conciliación laboral y familiar. La tasa de actividad femenina aumentó hasta el 51,7% en 2009. Sin embargo, persistieron desigualdades en el acceso a puestos de responsabilidad y en sectores masculinizados.
La participación femenina continuó en ascenso, alcanzando el 53,2% en 2019. Se implementaron medidas adicionales para combatir la brecha salarial de género, como las auditorías retributivas en las empresas desde 2019. Y en 2024 se aprueba la Ley Orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres, estableciendo medidas para garantizar la igualdad de género en diversos ámbitos, incluyendo cuotas en los consejos de administración de sociedades cotizadas y entidades de interés público.
Señala el informe que a pesar de la evolución positiva, aún existen desafíos importantes, como la reducción de la segregación ocupacional; el impulso de la presencia femenina en sectores tradicionalmente dominados por hombres; y alcanzar una representación equitativa en los niveles de toma de decisión. La calidad del empleo, medida por la temporalidad, es similar para hombres y mujeres en todos los tamaños de empresa. En las microempresas el 93,2% de los hombres y el 93,3% de las mujeres tienen contrato fijo. A medida que aumenta el tamaño de las empresas, la proporción de empleo fijo disminuye, para hombres y mujeres.
Los sectores más masculinizados son las Industrias extractivas y la Construcción), donde los hombres ocupan cerca del 90% de los puestos. Los de mayor presencia femenina son los de actividades sanitarias y servicios sociales (75%), educación, actividades inmobiliarias y otros servicios. Y los sectores con equilibrio entre géneros son los de actividades financieras y de seguros, hostelería y actividades profesionales, científicas y técnicas. Las mujeres tienen una mayor proporción de empleo fijo en sectores como suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (98,4%), Actividades financieras y de seguros (97%), industrias extractivas (95,9%), y actividades inmobiliarias (95,8%). Por el contrario, las mujeres presentan una menor proporción de empleo fijo en actividades administrativas y servicios auxiliares (76,8%).
En cuanto a la calidad del empleo, medida por la temporalidad, la proporción de empleo fijo y no fijo es bastante similar por tamaño de empresa para hombres y mujeres, con una relación positiva entre el tamaño y la proporción de empleo no fijo. Es decir, a medida que aumenta el tamaño de la empresa, la proporción de empleo no fijo también tiende a incrementarse.
Finalmente, el 65% de las empresas españolas no cuenta con mujeres en órganos de administración. el porcentaje de participación, sean pymes o grandes empresas, dista mucho de aproximarse a la paridad. En las microempresas la presencia femenina en este ámbito es del 27,9%; en las pequeñas, del 22%; en las medianas, del 19,1%; y en las grandes, del 17,8%.