
La encuesta anual de KPMG sobre los CEO muestra cambios radicales en algunas percepciones como el rechazo masivo del teletrabajo, la necesidad de dar un nuevo enfoque a la formación de los trabajadores para que adquieran las nuevas capacidades y las dificultades de transmitir los logros medioambientales.
Mientras que, en 2023, solo un 10% de los CEO españoles encuestados situó la ejecución de iniciativas ESG como principal estrategia para alcanzar los objetivos de crecimiento de su organización, en 2024 este porcentaje se ha duplicado hasta alcanzar el 22%, según las conclusiones del informe KPMG 2024 CEO Outlook, elaborado por la consultora.
Tanto en España como en el conjunto de los países analizados (Alemania, Australia, Canadá, China, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón y Reino Unido), los riesgos operacionales, la ciberseguridad y las cadenas de suministro son los riesgos más destacados según los primeros ejecutivos, aunque con distinta prioridad. En el caso español, se suman además los riesgos reputacionales, lo que revela el impacto que en las estrategias corporativas está generando el mayor escrutinio de los grupos de interés en la actividad de las empresas.
Una relevancia consolidada
La décima edición del KPMG CEO Outlook ofrece una visión detallada sobre las previsiones y estrategias de los CEO a partir de una encuesta realizada a 1.325 CEO, 50 de ellos españoles, entre el 25 de julio y el 29 de agosto de 2024. Todos ellos lideran compañías con una facturación anual superior a los 500 millones de dólares.
Este incremento supone que los asuntos ESG han consolidado su relevancia en las agendas corporativas. De hecho, dos de cada tres CEO españoles (78%) aseguran que han integrado los asuntos ESG en sus estrategias corporativas como palanca de generación de valor, convirtiéndolos en un factor determinante de su posicionamiento en el mercado.
Durante la última década, la confianza de los CEO en la economía global ha disminuido, lo que refleja la creciente complejidad del entorno al que se enfrentan. Si bien la confianza se ha mantenido relativamente estable durante los últimos tres años, con un 72% de los CEO optimistas sobre la economía, esto marca un cambio significativo con respecto al sólido 93% observado en 2015 cuando se lanzó la encuesta por primera vez.
La creciente complejidad y variedad de las demandas de dirigir una gran organización se están sintiendo profundamente por los CEO, y casi tres cuartas partes (72%) confiesan que se sienten bajo una mayor presión para garantizar la prosperidad a largo plazo de su negocio.
La propuesta de valor para el empleado, que el año pasado era un objetivo preferente para un 18% de los encuestados en España, este año el porcentaje se reduce al 6%. De este resultado, los autores del informe concluyen que en lo que respecta al talento, los primeros ejecutivos de las empresas españolas están poniendo el foco en el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades, ante la transformación de sus organizaciones y, especialmente, ante la irrupción de la IA generativa.
Para dos de cada cinco (40%), la relación con el cliente y la imagen de marca son las áreas en las que sus estrategias ESG tendrán un mayor impacto. La pérdida de relevancia en el debate público y la posibilidad de que la competencia gane posiciones son considerados como los principales riesgos que generaría no satisfacer las expectativas de los grupos de interés en estos temas.
Según el informe de KPMG, la regulación, el mayor escrutinio de los grupos de interés y la creciente concienciación por parte de los líderes empresariales han impulsado un reporte de la actividad más riguroso y detallado.
En España, cuatro de cada cinco encuestados (80%) aseguran que sus organizaciones disponen de las capacidades y competencias necesarias para responder a los nuevos estándares de reporte. Sin embargo, destacan los autores, el 60% (66% en el global) reconoce que sus organizaciones no están preparadas para responder con eficacia a un mayor escrutinio de su actividad por sus grupos de interés.
La aplicación de las nuevas exigencias de información sostenible por parte de las empresas sujetas es gradual. Así, las empresas ya sujetas a la Directiva sobre Divulgación de Información No Financiera (NFRD) deberán presentar en 2025 los datos sobre el ejercicio 2024. Las que no estaban sujetas actualmente a NFRD deberán presentar en 2026 la información sobre 2025.
Las pymes cotizadas, a partir de 2026, con posibilidad de aplicar una excepción hasta 2028. Y, finalmente, las empresas no pertenecientes a la UE, pero sujetas a la Directiva sobre la presentación de información en materia de sostenibilidad (CSRD) deberán presentar en 2029 información sobre el ejercicio 2028.
La reputación de la compañía se ha convertido en uno de los valores principales de las entidades. Así, en el caso de que un área rentable de la organización generase un daño reputacional en la compañía, un 84% de los CEO españoles señalan que no dudarían en desinvertir en esa área. Sin embargo, las cosas no son fáciles.
El 68% de los primeros ejecutivos españoles (69% a escala global) ha mantenido sus estrategias relacionadas con el cambio climático, aunque ha adaptado la forma en la que las comunica a sus grupos de interés. Por ejemplo, algunas compañías prefieren hablar de sostenibilidad en vez de emplear el término "ESG", que tiene un sentido más general.
Problemas con la descarbonización
Tanto en España como en el conjunto de los países analizados, la dificultad para descarbonizar la cadena de suministro es el obstáculo que más CEO destacan (42% en el caso español, 30% en el global) cuando se les pregunta por las barreras que están encontrando para ser neutros en carbono. Este factor se ha agravado por las tensiones geopolíticas, que han afectado a las rutas comerciales globales.
Ante la necesidad de responder con agilidad a los retos que se plantean en el corto plazo y, al tiempo que se solidifican las actuaciones en el tiempo, el 88% de los CEO españoles reconocen que sienten una mayor presión para garantizar la prosperidad de sus organizaciones a largo plazo. Se trata de un porcentaje 16 puntos superior a la media global (72%). Así, los encuestados prevén que sus ingresos aumenten en los próximos tres años y un 68% calcula que ese incremento será superior al 2,5%. Este porcentaje, en España, es el más alto entre los países analizados.
Una de las mayores preocupaciones de los CEO es la adopción de la IA. El 60% de los primeros ejecutivos españoles afirma que invertirá en IA con independencia de la situación económica (64% en el conjunto de los países analizados). Y es que ante el debate público que está generando algunos usos de la IA, los CEO se muestran conscientes de la urgencia de abordar los retos que trae consigo esta tecnología, con un potencial aún por determinar para transformar todos los aspectos de nuestras vidas.
Otro dato importante que se extrae del informe es que un 80% de los CEO españoles descarta que la IA vaya a reducir significativamente el número de puestos de trabajo (76% a escala global). Se habla de transformación y reconocen que conllevará la actualización y mejora de los conocimientos y capacidades de las plantillas.
Bajan los partidarios del teletrabajo
Explica el informe, que desde el estallido de la pandemia, el teletrabajo ha sido un elemento fundamental en las estrategias de atracción de talento de las empresas. Sin embargo, ya en 2022 la mayoría de los encuestados vaticinaban la vuelta a la oficina a tiempo completo. En esta edición, el porcentaje es del 94%, 16 puntos por encima del de 2023.
Apenas uno de cada cuatro encuestados en España (28%, diez puntos menos que en el conjunto global de países) cree que sus empleados están capacitados para aprovechar el potencial de la IA generativa y un 60%, que las capacidades técnicas constituyen un lastre para la implementación de esta tecnología. Así, un 64% de los CEO cree que la integración de esta innovación les ha llevado a redefinir sus estrategias de formación y desarrollo de los empleados.
El 86%, en España, considera que su compañía debe invertir en el desarrollo de las capacidades y en el aprendizaje a lo largo de toda la vida para garantizar el acceso al talento necesario en el futuro.
Los CEO son cada vez más conscientes de los riesgos éticos vinculados a la IA. En España esta tendencia es especialmente perceptible: el porcentaje de encuestados que muestra su preocupación al respecto aumenta en 16 puntos con respecto a la pasada edición (del 62% al 78%) y se sitúa muy por encima de la media global (61%). El lento ritmo al que avanza la regulación y el coste de implementación se suman a los obstáculos para convertir la IA generativa en una realidad en sus organizaciones. Además, en países similares a España, un factor importante es el envejecimiento de las plantillas.
Aunque el número de CEO españoles que considera que este fenómeno tendrá un impacto significativo en la atracción y fidelización del talento es bajo (16%), el 32% manifiesta su preocupación por que los trabajadores que están llegando a la edad de jubilación no vayan a ser sustituidos por otros que cuenten con las capacidades necesarias.
De hecho, un 40% piensa que potenciar la transmisión de conocimientos entre compañeros va a ser precisa para que esta transición se complete con éxito. El 98% de los CEO prevé incrementar sus equipos, ocho puntos porcentuales por encima de la pasada edición. Además, un 42% anticipa que lo hará por encima del 6%.
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