
El nuevo Anteproyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual beneficia a los inversores en materia de fiscalidad al imputar a los productores y no a ellos la devolución de los incentivos fiscales, en caso de que se excedan. El texto, aún abierto a cambios en tramitación parlamentaria, recoge que serán los productores y no los inversores quienes, en caso de exceder los incentivos fiscales, los devolverán a través del Impuesto de Sociedades (IS). Aunque en la práctica ya se reclamaba la devolución de estos incentivos si se sobrepasaba el límite, este cambio evita perjudicar al inversor, explica Mabel Klimt, socia directora de la firma legal Elzaburu.
"Nosotros teníamos que no superar el exceso y si lo había, debíamos tomar alguna decisión de tipo técnico para poder compensarlo. Ahora, la ventaja que tiene esto es que te permite evitar perjudicar al inversor por la vía de la tributación. Antes, si Hacienda entendía que había un exceso, quien se veía perjudicado era el que aprovechaba el exceso, el inversor fiscal externo, con esta modificación el productor puede tributar por el exceso", explica.
Por otro lado, el Anteproyecto también amplía la protección en materia de igualdad de género al establecer cuotas mínimas de al menos el 30%. No obstante, en materia de ayudas a la producción, se establece que dentro del crédito anual destinado a cada una de las líneas, se reservará un mínimo del 35% para los proyectos realizados exclusivamente por directoras.
Definición de los autores
Klimt señala que la anterior ley del cine tenía una concepción "particular" sobre quiénes eran los autores de la obra audiovisual, ya que además del director, el guionista y el autor de la música original, agregaba al director de fotografía, que por su peso técnico era incluido a los efectos únicamente de la concepción de ayudas públicas. La nueva norma viene a resolver este desajuste al considerar que los autores de la obra son los responsables de dirección, guión y composición de la música. Además, introduce la figura del personal creativo para darle valor a las categorías técnicas.
Asimismo, el texto también flexibiliza los requisitos para conseguir el certificado de nacionalidad española, algo relevante puesto que da derecho al acceso de incentivos fiscales y de a ayudas públicas.
Del mismo modo, la norma trata de adaptarse al actual ecosistema audiovisual donde han entrado con fuerza nuevos jugadores como Netflix, HBO o Amazon. Antes, para que una película pudiera circular en el mercado, se necesitaba una calificación que solo se conseguía si se estaba dentro del sistema regulado por el Ministerio de Cultura o el de las televisiones en abierto públicas. Las plataformas estaban fuera de los dos sistemas. Sin embargo, el artículo 7 del Anteproyecto modifica el sistema de coreguación haciéndolo más amplio, de tal manera que se da cobertura a todo el universo conocido. La norma trae cambios respecto a la protección del cine español y comunitario. La Ley obligaba a una cuota de pantalla del 25% para estos contenidos, que ahora se reduce al 20% e incorpora también a las protecciones iberoamericanas, contenidos dirigidos exclusivamente por mujeres o experimentales, entre otros.
La nueva Ley del Cine entrará en vigor el último trimestre de este año, aunque desde el sector creen que se adelantará al verano, y así antes de las elecciones generales.