La Ciudad azul

Un lugar habitable para el 70% de la población mundial

  • El 55 por ciento de la población mundial vive en ciudades o zonas urbanas
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Se espera que las áreas urbanas absorberán casi todo el crecimiento futuro de la población mundial. De acuerdo con los datos de Naciones Unidas, el 55 por ciento de la población mundial vive en ciudades o zonas urbanas, y esta proporción crecerá hasta el 68 por ciento en 2050. Teniendo en cuenta las proyecciones de la propia ONU, esto supone que dentro de apenas tres décadas, unos 6.600 millones de personas vivirán en ciudades –la población total del mundo hoy es de 7.700 millones de habitantes–.

Por eso, conseguir que ciudades y núcleos urbanos sean cada vez más habitables tiene una importancia creciente. No en vano, el desarrollo de "ciudades y comunidades sostenibles" es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por Naciones Unidas. Este objetivo engloba variables como la sostenibilidad, por descontado, pero también la seguridad, el mejoramiento de asentamientos marginales, el transporte público y la planificación urbana eficiente e inclusiva.

En un artículo para el Foro Económico Mundial, el asesor sénior de políticas de la United Nations University John de Boer señalaba algunos casos de éxito en este apartado: en Brasil la iniciativa de vivienda pública "Minha Casa Minha Vida" parece haber tenido un impacto notable en la reducción de la tasa de homicidios. De igual modo, el programa de transferencias condicionales "Bolsa Família" se ha traducido en mejoras en el capital humano y la seguridad.

De Boer refiere asimismo un proyecto innovador en Medellín, la que hasta hace no mucho era una de las ciudades más violentas no solo de Colombia, sino del mundo. Los gestores de la ciudad apostaron por integrar las zonas pobres con el centro y extrarradio mediante un sistema de teleférico, un nuevo metro, librerías y escuelas de gran calidad y fórmulas para implicar más a los 2,2 millones de residentes.

Carrera contra el reloj

Así pues, los retos para lograr unas ciudades más habitables son de diverso tipo, pero el principal es la adaptación al cambio climático y su mitigación. Hay que recordar que las ciudades generan al menos el 70 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala, por ejemplo, que para limitar el calentamiento a 1,5º C sobre los niveles preindustriales las emisiones provenientes de los edificios deberían haberse reducido entre un 80 y un 90 por ciento en 2050.

A la vez, el objetivo del IPCC requiere que, para mitad del siglo XXI, el uso de energía en el transporte caiga un 40 por ciento; aunque el comportamiento individual ayudaría, parece claro que la planificación urbana podría tener un impacto mucho más sustancial en este terreno. Por eso, se precisan iniciativas que tomen como base la ciudad y no renuncien a la innovación. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recogía recientemente varios casos de éxito.

Así, Bután ha impulsado un conjunto de políticas calificadas como "compatibles" con el escenario de calentamiento por debajo de los 2º C. Dado su pequeño tamaño y su menor desarrollo, el país ha conseguido la neutralidad del carbono mediante la reforestación: los bosques absorben todas las emisiones de gases emitidas por los vehículos y las industrias.

Santiago de Chile destaca por su apuesta por la movilidad eléctrica: su flota de 200 autobuses eléctricos es la segunda mayor del mundo en desarrollo, después de China. El Gobierno aspira a que el 80 por ciento del transporte público sea eléctrico en 2020. En julio de 2019, Chile reveló el desarrollo de un plan de acción sobre el clima que aspira a cerrar las 28 centrales eléctricas de carbón en 2040, y conseguir la neutralidad en 2050. Dada la gran dependencia del país de una fuente que supone un tercio de las emisiones de efecto invernadero, este es un plan notablemente ambicioso. El Gobierno anunció que ocho centrales eléctricas de carbón se cerrarán en los próximos cinco años.

Otro país mencionado por el PNUD es Costa Rica, a quien se cita como "ejemplar" en la protección del medioambiente. Incluyó el derecho a un medioambiente sano para sus ciudadanos en su Constitución, una cuarta parte de su territorio está protegido y es el único país del Trópico que ha reducido la deforestación. en 2019, el Gobierno de Costa Rica lanzó un plan renovado de eliminación de los combustibles fósiles para 2050, que pasa por que el 25 por ciento de los coches privados y el 70 por ciento del transporte público sea eléctrico en 2035 y conseguir el 100 por ciento de vehículos de emisión cero para 2050.

Noruega sobresale por su trabajo pionero en neutralidad. Su objetivo es reducir las emisiones de carbono en un 40 por ciento y conseguir la neutralidad en carbono para 2030. En 2017, casi el 96 por ciento de la electricidad fue generada por centrales hidroeléctricas y alrededor de un 2 por ciento por parques eólicos. El país hizo la transición hacia la energía limpia gracias a un impuesto sobre el carbono, que permitió financiar fuentes alternativas. Además, de cada dos vehículos que se vendieron en Noruega en 2018, uno era eléctrico.

Por último, Marruecos es uno de los dos únicos países en los que el Rastreador de Acción Climática otorga la calificación más alta en el ranking de Compatibilidad con el Acuerdo de París 1.5C. Pero quiere ir aún más lejos, deteniendo el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Necesitará mayores fondos internacionales para seguir adelante con sus ambiciosos planes para aumentar la producción de energía renovable.

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