
Juan Bernal, que es director general de CaixaBank AM, también preside SpainNAB, la asociación española de inversión de impacto, organización que impulsa este tipo de inversiones en España. El impacto más puro se asocia al capital privado (a los fondos ilíquidos), pero ya se consideran también como tal los productos clasificados como artículo 9 en del Reglamento europeo de Divulgación, que son líquidos. SpainNAB siempre ha funcionado como un consejo asesor (ese NAB significa National Advisory Board), pero acaba de constituirse como asociación, con Bernal como presidente (ya lo era en la estructura anterior) y María Ángeles León, de Santa Comba Gestión, de vicepresidenta. Esta organización representa a España, junto al resto de NABs nacionales, dentro del Global Steering Group for Impact Investment (GSG), organización global que aglutina a 34 países y la Unión Europea. Consulte más artículos sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
¿Cuál es el motivo del cambio de consejo consultivo a asociación?
Desde el punto de vista formal tiene mucha más consistencia, si queremos seguir dinamizando la economía de impacto. Pero, más allá de esto, lo novedoso es el momento que vive la economía de impacto en España, el reconocimiento que está teniendo la labor de SpainNAB dentro del GSG. España ha sido elegida para uno de los puestos de compromisario (trustee) dentro del GSG, lo que supone situar a España en un papel muy importante, porque solo hay ocho países, de 34, representados en esa junta.
¿Cuánto dinero mueve la inversión de impacto en España?
Fueron 2.300 millones de euros en 2020, que es el último dato disponible, publicado por Esade. Esa cifra superó en un 26% la del año anterior. Un 34% corresponde a fondos de capital privado; un 24% a la banca ética y social, y las fundaciones representan otro 10%.
Entonces, esa cantidad corresponde a productos puros de impacto, ¿verdad? No a productos líquidos (éstos elevarían la cifra, ya que Morningstar recoge 8 fondos 'artículo 9' de gestoras españolas, que sumarían en torno a 3.500 millones de euros).
Claro. Lo que nosotros medimos es aquello que ya se construye con la intención de que sea de impacto, y éste además tiene que ser medible y reportable. En este sentido estamos en un momento tremendamente sensible, ya que nos encontramos en un siguiente paso, el de la armonización de la medición. El gran reto que tiene la medición de impacto es una contabilidad común. Lo que sí te permite el sistema es, si tú estás midiendo un retorno financiero mediante las inversiones siguiendo, por ejemplo, criterios de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas). Por ejemplo, el ODS sobre educación: si tú consigues calcular cuántas plazas educativas se generan por cada euro que tú inviertes, y contárselo a la sociedad, eso es impacto. No podemos considerar impacto al hecho de estar intentando que no se generen emisiones de CO2.
¿Es posible hacer impacto con fondos artículo 9, líquidos?
Sí lo creo, claramente, creo que lo que hay que establecer son las reglas exactas del juego. Cuando me preguntan "¿No es un poco una barbaridad que haya fondos en artículo 9 que no sean impacto puro? Yo respondo que hemos dado un paso muy importante que es clasificar los fondos entre artículo 6, artículo 8 y artículo 9. Si en España circunscribes la inversión de impacto al venture capital y a la filantropía -es decir, a lo que era el más puro impacto-, hay 536,6 de capital privado y 241,6 millones de filantrópico. Es necesario ir hacia cifras mayores. ¿Significa eso descafeinar? No. La GSG lo ilustra con un ejemplo muy gráfico, como si fueran las capas de una cebolla. Si cortas una cebolla por la mitad, tienes el núcleo, el corazón, que serían esos productos de impacto puro. Alrededor de él hay distintas capas, y todas son cebolla. Si queremos pasar de millones a billones tenemos que incluir al capital privado, a las grandes empresas, y a los grandes fondos. Y sí es bueno tener esa diferenciación entre articulo 8 y 9 porque hemos empezad a sentar las bases. Por otro lado, ahora viene un segundo paso que es preguntar a los clientes [por sus preferencias de sostenibilidad dentro del test de idoneidad]. Los agentes del cambio no vamos a ser las entidades financieras, sino los clientes.
"Al igual que existe el 'greenwashing' también hay un 'impact washing', el riesgo de que se denomine impacto a cosas que no lo son"
Estamos atentos a la esperada bajada de la inversión mínima para la inversión en capital privado, para que sea más accesible. ¿Será este el anuncio clave para que aumente la inversión en fondos puros de impacto?
Son varias las cuestiones que pueden modificar el mercado. Tenemos ejemplos en Francia o Portugal de diferentes formas de escalar el impacto. Desde un fondo de 100 millones de euros creado con capital público en Portugal, hasta el ejemplo de los fondos 90/10 franceses (fondos de empleo que destinan el 10% a productos de impacto). Los planes de pensiones ya tienen de por sí recogido que pueden tener hasta un 10% en activos ilíquidos, de modo que podrían hacerlo actualmente, sin ninguna modificación regulatoria. Es decir, tenemos ya instrumentos al alcance que podrían permitir una popularización de la inversión de impacto. [Respecto a la bajada de la inversión mínima], sí creemos que todo lo que sean modificaciones sustanciales de estos entornos pueden favorecerla, pero la colaboración público privada es la que te puede permitir escalar. En otros países es el sector público, fundacional el que ha impulsado movimientos de impacto y el sector privado ha ido detrás. Aquí está siendo al revés, el movimiento está liderado por fundaciones, capital privado, grandes gestoras...
Esos 2.300 millones de 2020, ¿hacia dónde pueden ir?
Más que fijarnos en el volumen al peso, preferimos dinamizar el sector pero velando por la estructura de lo que está dentro. Porque al igual que existe el greenwashing (fraude verde), también existe el impact washing, un riesgo de que se denomine impacto a cosas que no lo son. Nuestra labor es velar este tipo de inversiones dentro del estándares del GSG.
"La decisión que va a tomar un inversor para venir a una gestora o a otra la tomará porque podrá saber si, con su dinero, está repercutiendo positivamente sobre la sociedad y el medio ambiente."
¿Qué rentabilidades ofrece la inversión de impacto?
No creo que el activo de impacto tenga per se un porcentaje de renta adjudicado por ser impacto. Hay fondos de impacto con historia con rentabilidades muy atractivas, es cierto que hasta ahora más vinculados al capital riesgo, y por tanto más ilíquidos, pero con rentabilidades muy similares a las de activos que no persiguen el impacto. No quiero dar una cifra porque la rentabilidad tiene que venir media por el proyecto. Pero esto va de ser rentable también. Primero va la rentabilidad y sobre esa capa hacemos la estructura del impacto. Si no, sería filantropía. Esto es una modificación de la estructura del capitalismo como lo conocíamos. Dicen q el capitalismo no es válido. Yo creo que sí lo es, pero tenemos que resetearlo y meter la derivada del impacto. Al final, la decisión que va a tomar un inversor para venir a una gestora o a otra la tomará porque detrás habrá una medición que le permitirá saber si, con su dinero, está repercutiendo positivamente sobre la sociedad y el medio ambiente.
Ha hecho referencia antes a la introducción, en el test de idoneidad, de la pregunta sobre las preferencias de los clientes en ESG. ¿Supondrá un impulso crucial a la inversión de impacto?
Sí, creo que pueden suponer un cambio sustancial en el apetito inversor de los clientes, y en ese movimiento hacia productos artículo 8, artículo 9 o que busquen un retorno tanto social como medioambiental.