
En diciembre presentamos en Esade Madrid el informe Reporting ESG: Guía práctica para su correcta comprensión y aplicación, elaborado por PwC en colaboración con el Centro de Gobierno Corporativo de Esade. Consulte otras tribunas sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
En el evento debatimos acerca del estadio en el que se encuentra el reporte de la INF [información no financiera] para dar respuesta a las cuestiones que inversores, reguladores, empleados y consumidores se hacen sobre el mismo, y en particular, sobre el desarrollo y recorrido que sin duda tendrá en los próximos años:
1. ¿Quién es su responsable? La relevancia y sofisticación que ha adquirido la INF para decisiones clave de inversión o financiación hace necesario que la responsabilidad en esta materia se centre más en quienes tienen las capacidades y conocimientos adecuados. Los Consejos de Administración son una palanca fundamental para la supervisión de los aspectos ESG [medioambiente, sostenibilidad y gobernanza], que debe, asimismo, permear a niveles jerárquicos inferiores.
2. ¿Quién la aprueba y con qué frecuencia? Aunque las compañías deben asegurar una supervisión por parte de sus órganos de gobierno, hay todavía cierta carencia en su estructuración. Con respecto a la frecuencia de la aprobación, no todos los parámetros no financieros, que son críticos, pueden tener una periodicidad determinada. Según la "Guía para la integración de criterios ESG en los Consejos de Administración" de PwC, el Consejo tiene mucho que decir, porque una de las claves del buen gobierno es mantener informados a los grupos de interés sobre lo que afecta a los resultados de la empresa y a su evolución más allá de los aspectos financieros. La aprobación de la Ley 11/2018 supone un enorme paso en la integración del concepto de responsabilidad social en la práctica empresarial y establece obligaciones legales para impulsar su transparencia.
3. ¿Quién verifica su reporte? Su creciente relevancia para la toma de decisiones de terceros hace necesario que su elaboración, reporte y revisión se enfoque en garantizar su homogeneidad, calidad y fiabilidad. Un modo para asegurar estos elementos es someter la INF a un proceso de verificación por parte de un tercero independiente. Si bien la legislación europea no lo exige por el momento, la norma señala que los estados miembros sí pueden hacerlo. Francia, Italia, o España, esta última, a través la Ley 11/2018, incorporan obligatoriamente la verificación en sus legislaciones.
4. ¿Qué papel desempeña la comisión de Sostenibilidad? La importancia de la ESG para los Consejos de Administración se ha traducido en la asunción explícita de competencias en este ámbito a través de sus comisiones delegadas. Según el artículo "Apostando por el ESG en los Consejos de Administración", del Centro de Gobierno Corporativo de Esade en marzo 2021 el 57% de las compañías del Ibex35 contaban con una que incluía explícitamente la sostenibilidad entre sus funciones. Asimismo, de estas compañías, la mitad tenía comisiones específicas, mientras que la otra atribuía las competencias en esta materia a alguna de las comisiones existentes. Aún no está claro qué competencias asumen cada una de ellas, con lo que el reto es alcanzar el grado de coordinación necesario para evitar el solapamiento y garantizar el máximo aprovechamiento.
El reporte de la información no financiera es más que retórica; se necesita acción
5. ¿Cuál es su audiencia? Hemos presenciado un aumento de atención a las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza en la gestión de los Consejos de Administración y en la sociedad en general impulsado por un regulador cada vez más interesado en que las empresas sean conscientes del impacto, riesgo y oportunidad de éstas en sus grupos de interés. Hoy la audiencia de la INF son inversores, reguladores, agencias de rating, consumidores, empleados así como la sociedad en general.
6. ¿Qué contenido incluye? Aspectos como la materialidad y la relevancia son claves. Según el marco o los estándares de reporte de información de sostenibilidad que utilicen las compañías se incluirán en éste unos contenidos u otros. Aunque las temáticas sean similares, como los aspectos ambientales, sociales o éticos, el detalle difiere en función del marco utilizado.
7. ¿Existen plataformas tecnológicas que permitan la trazabilidad de sus datos? Existen diversas plataformas tecnológicas y sistemas de control. No obstante, a diferencia de la información financiera, para la que existen herramientas y flujos robustos en términos de gestión y control, las compañías no cuentan con la misma robustez en sus sistemas y herramientas para la INF, por lo que tendrán que realizar esfuerzos de inversión para asemejar ambas.
8. ¿Qué estándares se han de elegir? La multiplicidad de estándares no ayuda, al contrario de lo que ocurre con la información financiera, estructurada en los Planes Generales de Contabilidad y en el IFRS [International Financiar Reporting Standards]. En Europa el más aceptado ha sido GRI [Global Initiative Reporting], pero el impulso de algunos inversores institucionales está acelerando la adopción de otros índices como SASB o TFCD. El ecosistema de estándares ESG está en plena adaptación, y en paralelo, también se están desarrollando estándares europeos de sostenibilidad que estarán muy en línea con estándares actuales y con los del propio IFRS. Ambos deberían confluir en el futuro.
9. ¿En qué índice/s de sostenibilidad participo? Las empresas han empleado los índices de sostenibilidad para mejorar su reputación. Sin embargo, su proliferación exige elegir aquellos que puedan generar beneficios adicionales a las compañías gracias a la identificación de nuevas oportunidades para hacer crecer el negocio, la eficiencia operativa o el posicionamiento internacional. Bajo este prisma han aparecido índices y agencias de ratings como Dow Jones Sustainability Index, Sustainalytics, CDP, o Vigeo-Eiris, y algunos sectoriales como el caso de GRESB para el sector Real Estate.
El reporte de la INF es más que retórica; se necesita acción. Ya sea impulsado por inversores, la regulación, los clientes o el deseo de promover la creación de valor sostenible, ahora existe la expectativa de que las empresas integren las cuestiones ambientales, sociales y de buen gobierno en su estrategia y en sus informes corporativos. Con esa expectativa, surgen oportunidades para aquellas empresas que adopten un enfoque proactivo y riesgos evidentes para las que no lo hagan. Las empresas pioneras en este enfoque podrán establecerse como líderes en el mercado y beneficiarse de un mayor acceso a la financiación y capital, y los rendimientos asociados con ese acceso. En definitiva, un gran reto para las compañías del que se beneficiarán aquellas capaces de anticiparse y de tener claridad sobre la mejor forma de reportar su información corporativa.
Ramón Abella es Socio-Responsable de Gobierno, Riesgos & ESG en PwC. Mario Lara es director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade.