
Los índices sostenibles se muestran algo más débiles que los convencionales en estos primeros compases del ejercicio bursátil. En las escasas sesiones de mercado que han transcurrido de 2022, los selectivos ESG (aquellos que seleccionan a sus integrantes teniendo en cuenta criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo) lo hacen ligeramente peor que sus pares tradicionales. Consulte más artículos sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
En particular, el indicador global de referencia, MSCI World -en el que cotizan más de 1.500 compañías de 23 mercados desarrollados- se deja un 1,7% con datos a media sesión, frente a un retroceso del 2,3% en su homólogo ESG, el MSCI World ESG Leaders (éste recoge a unas 700 compañías que reciben las puntuaciones más altas en criterios ambientales, sociales y de buen gobierno).
Algo parecido ocurre con la versión europea de este índice, el MSCI Europe, que retrocede un 0,1%, mientras que el MSCI Europe ESG Leaders cae algo más, un 0,9%.
Por su parte, el indicador estadounidense de referencia, el S&P 500 pierde en este inicio de 2022 un 2%, y su hermano responsable, el S&P 500 ESG Index, que agrupa a 300 empresas, se deja algo menos, un 1,9%, con datos a media sesión.
En el conjunto de 2021, los índices sostenibles sacaron músculo frente los convencionales, tanto a nivel global como en Estados Unidos. El MSCI World ESG Leaders se revalorizó casi un 23%, aventajando prácticamente en 3 puntos porcentuales al índice vainilla. Por su parte, el S&P 500 ESG se disparó un 29,9%, frente al 26,9% del imbatible S&P 500. La historia fue bien distinta en el Viejo Continente, donde el MSCI Europe subió un 22,4%, unos 9 puntos porcentuales más que su versión responsable, que repuntó un 13,6%.
Diversos estudios han probado ya que los índices que integran criterios ESG son más resistentes que los tradicionales, particularmente en momentos de crisis.