
La inversión en activos alternativos está tomando mayor tracción dentro de la comunidad inversora debido a las escasas rentabilidades que ofrecen las políticas de tipos bajos de los bancos centrales. Esto implica un mayor flujo hacia fondos de capital y deuda privada, infraestructuras o inmuebles, entre otros. Por su naturaleza, son activos que tienen una mayor descorrelación con el mercado debido a su menor volatilidad y aportan diversificación a la cartera. Consulte otros artículos de opinión sobre ESG en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Cada vez son más las voces que abogan por una mayor intervención de los inversores en las compañías en las que toman posiciones. ¿Y dónde se están desarrollando los últimos avances y es más factible influir en las compañías? Los mercados privados es la clase de activo donde se puede hacer un engagement más efectivo. Adicionalmente, este tipo de inversiones tienen un impacto muy reseñable en el medio ambiente y en la sociedad debido a la influencia que tienen los inversores sobre ellos. Esto es lo que podemos considerar como una "inversión de impacto".
¿Qué activo dentro de los mercados privados es el más proclive a estas decisiones? Históricamente, las características inherentes de los activos reales (infraestructuras e inmuebles) los han convertido en la principal inversión desde un punto de vista de sostenibilidad, como por ejemplo la influencia en los proyectos y el largoplacismo de los mismos o la estabilidad en los flujos de caja debido a que son contratos regulados. A esto se le debe sumar las diferentes megatendencias a las que están expuestos, como la electrificación y la transición energética, los cambios demográficos o la digitalización. Todo ello, ha permitido un mayor desarrollo de los criterios ASG en la inversión de estos activos.
Intuitivamente, deberíamos pensar que son los fondos de capital privado (invertir en compañías no cotizadas) donde los inversores tienen mayor poder de influencia en la toma de decisiones. Esto se debe a que los inversores entran en el capital de las compañías y les ayudan a crecer y a crear valor. Sin embargo, la deuda privada es la que tiene más impacto debido al poder sobre la financiación que tienen en las compañías. Muchas de estas inversiones ligan la rentabilidad a la consecución de unos objetivos de sostenibilidad o a una penalización si estos no se cumplen.
¿Y cómo se puede acceder al mercado? La opción más sencilla para un inversor nuevo en estos activos es acceder a fondos de fondos que tengan como objetivo crear un impacto, aunque en estos fondos el control sobre las compañías es más limitado. Sin embargo, los fondos de inversión directa o co-inversiones tienen un mayor control sobre los activos y dicha influencia es todavía mayor.
Los gestores de fondos de mercados privados son conscientes de la capacidad que tienen para influir y están tomando conciencia de ello. Es palpable el incremento de firmas que incorporan los criterios de sostenibilidad a la hora de invertir en este tipo de compañías, aplicando descuentos si las practicas son malas, incluso desestimando inversiones por temas ASG. Los equipos de sostenibilidad de las gestoras de activos ilíquidos están creciendo lo que muestra el acuciante interés de la comunidad inversora por estos criterios.
Al igual que sucede con los activos líquidos, la regulación está obligando a este tipo de inversiones a tener un fuerte desglose conforme a la integración de criterios de sostenibilidad en el proceso de inversión o las principales incidencias adversas.
Este tipo de inversiones continuará liderando la denominada inversión de impacto debido a la fuerte influencia que tienen en las compañías y proyectos subyacentes. Los volúmenes desde el año 2010 se han multiplicado por 3 y han crecido a un ritmo anual del 11% hasta llegar a los 8 trillones de dólares americanos en activos bajo gestión.
Guillermo Uriol Sanz es gestor de inversiones de Ibercaja Gestión.