Inversion a Fondo

Cuál es el mejor día para hacer aportaciones al plan de pensiones

  • Se trata de cambiar la psicología: primero hay que ahorrar y luego gastar

Febrero no es un mes en el que se suela hablar de planes de pensiones a pesar de que son muchas las entidades que aún tienen vigentes las campañas de captación que siempre lanzan a finales de año. De hecho, aunque la estadística demuestra que es financieramente más rentable aportar dinero al plan de pensiones en el primer mes del año que hacerlo a finales de cada ejercicio, el grueso de aportaciones a estos productos pensados para ahorrar para la jubilación sigue concentrándose en los últimos trimestres de cada año. Un ejemplo: mientras que al cierre de septiembre estos productos acumulaban reembolsos netos de 600 millones de euros, las entradas de dinero que se vieron en el último trimestre del año permitieron a la industria cerrar el pasado ejercicio con suscripciones netas que superaron los 400 millones de euros, según los datos que recoge Inverco. Más información, en Inversión a Fondo.

Pero esperar a finales de año para hacer la aportación es un error y desde Abante Asesores incluso lo cuantifican. "Cogiendo por ejemplo un plan de pensiones que invierta en el Ibex 35 se ve cómo esperar a diciembre supone perder un 2,66% de rentabilidad anual en un plazo de 20 años, un 1,01% en plazos de 10 años y un 1,33% si se analiza la inversión en los últimos cinco años", afirma Paula Satrústegui, directora de planificación financiera de Abante Asesores (ver gráfico).

Las razones son dos. Por un lado, limitar las aportaciones a solo el mes de diciembre supone asumir un gran riesgo de mercado y jugarse toda la inversión a un solo contexto de mercado mientras que, como explica Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis SV, "lo importante a la hora de invertir es reducir el riesgo de mercado y diversificar el timing de la inversión. Si juegas a 12 momentos de mercado puede que no consigas dar pelotazos pero también reduces el riesgo de enfrentarte a fuertes caídas del mercado".

Por otro, realizar aportaciones mensuales en lugar de hacerlas trimestrales o anuales permite una capitalización del ahorro, lo que también se conoce en la jerga financiera como "interés compuesto", cuya principal ventaja es que al ir sumándose al capital inicial los intereses que se van obteniendo de la inversión, el capital total aumenta a lo largo del tiempo, por lo que los rendimientos que se van generando son cada vez mayores porque se van calculando sobre capitales mayores. Ese efecto de capitalización se consigue no solo invirtiendo periódicamente sino también haciéndolo desde muy temprana edad.

A este respecto, desde EFPA España han elaborado un modelo en base a tres supuestos: empezar a ahorrar a los 30, a los 40 y a los 50 años, con una aportación inicial de 100 euros mensuales en cada caso, incrementando la aportación 10 euros anuales. El modelo estima una rentabilidad media del 4% entre los 30-45, años ya que en esta franja se recomienda invertir más en renta variable; un 3% entre los 45-55, donde se reduciría el peso de la inversión en bolsa, y una rentabilidad del 2% en los últimos años como trabajadores (55-67), invirtiendo casi todo en renta fija. Los de 30 acumularían 186.355 euros en el momento de la jubilación, por lo que contarían con 1.000 euros al mes durante 17 años; los de 40 contarían con 97.164, por lo que dispondrían de 750 euros durante 11 años, y, por último, los que retrasen el comienzo de sus aportaciones a los 50 años acumularán 42.904 euros, lo que les permitiría sumar a su pensión pública 500 euros más al mes durante los siguientes 8 años.

Pero, más allá de la lógica financiera, existe otra razón por la que los expertos recomiendan no dejar para el último momento el ahorro a planes de pensiones, sobre todo teniendo en cuenta que la ventaja fiscal es la misma, independientemente de cuándo se realicen las aportaciones ( hasta 8.000 euros anuales cuentan con deducciones fiscales). Es lo que se suele llamar el "factor psicológico", uno de los más importantes a la hora de invertir -el último premio Nobel de Economía, Richard Thaller, ha sido precisamente galardonado por su contribución a la incorporación de la psicología a las ciencias económicas -.

"Sistematizar las aportaciones a planes de pensiones permiten interiorizar de mejor manera el ahorro y crear una dinámica. Lo ideal es que se haga la aportación en el momento de cobrar la nómina para que no haya lugar a dudas y psicológicamente no contar con ello para el resto de gastos mensuales", afirma Perea.

Cobrar la nómina y aportar al plan de pensiones

De hecho, aunque los expertos coinciden en que atendiendo a los movimientos de mercado no hay un día concreto del mes en el que sea más rentable aportar al plan de pensiones, sí lo hay desde el punto de vista de la psicología inversora. "Lo importante es invertir en cuanto cobras la nómina y concienciarse en que lo primero que hay que hacer es invertir y luego gastar. Se trata de invertir el orden entre la inversión y el gasto. Si inviertes sin pensar es que lo estás haciendo bien", afirma Fernando Luque, editor en España de Morningstar.

"Cuesta mucho menos aportar una cantidad determinada mes a mes que una cantidad doce veces mayor de golpe a final de año. Al hacerlo de forma mensual, al cabo de poco tiempo la aportación se convierte en una factura más a pagar como la luz, el agua o el gas, lo cual hace que nos acabemos olvidando de ella y que por tanto psicológicamente cueste mucho menos hacerlo. No hay un día ideal para hacerlo como tal, pero nosotros aconsejamos programarlo justo tras recibir la nómina u otro tipo de ingreso mensual recurrente", confirma Ignacio Rambaud desde Fidelity.

Esta defensa del ahorro recurrente y que se realiza casi sin darse cuenta casa, además, con una de las propuestas más polémicas que ha hecho Inverco en los últimos meses, la de obligar a los españoles a ahorrar una parte de sueldo para un plan de pensiones privado. En concreto, lo que propone Inverco es que ese ahorro obligatorio ascienda al 4% del salario, donde el 2% lo aportaría la empresa y el otro 2% el trabajador. Un modelo que defienden desde la patronal podría ser cuasi obligatorio y similar al que se implementó hace poco en Reino Unido.

En concreto, en el país anglosajón se aplica desde 2012 un sistema de automatic enrollment, que se aprobó en el año 2007, que contempla que hasta 2018 todos los empleados de a partir de 22 años con salarios superiores a las 10.000 libras al año están afiliados por defecto a un plan de pensiones privado salvo que se opongan expresamente. Ahorran de esta manera por defecto y, además, la empresa en la que trabajan hace a su vez aportaciones que oscilarán entre el 3 y el 5% del salario.

En concreto, se prevé que cuando finalice la implementación de este nuevo sistema, fijada para el año 2019, el empleador aporte el 3%, el empleado un 4% y el Gobierno, un 1%. En la actualidad, según los datos que maneja Inverco, "solo el 8% de los trabajadores ha renunciado a tener ese plan de pensiones y hay un total de 150.000 empresas adheridas".

Esta cuasi obligatoriedad daría un fuerte empujón al sistema privado de pensiones, cuyo patrimonio no ha hecho otra cosa que estancarse en los últimos años ante las nimias aportaciones que recibe ya no solo el sistema individual -planes de pensiones que el inversor contrata con la entidad financiera- sino sobre todo el sistema de empleo, lo que se conoce en el sector como el segundo pilar de los planes de pensiones. Aunque, ateniendo a los datos, más que pilar, los planes de empleo apenas pueden calificarse como viga ya que, según recordaba recientemente Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco "solo un 0,4% de los trabajadores tiene un plan de empleo y solo el 4% de los trabajadores que tienen un plan de empleo trabajan en pymes".

Además, la crisis de los últimos años ha llevado a muchas empresas a congelar las aportaciones a planes de empresa de sus empleados, además de a recurrir cada vez más a las prejubilaciones- de hecho, según el último barómetro de jubilación de Vidacaixa, el 50% de los trabajadores españoles se retira antes de los 65 años  -, lo que ha tenido un impacto muy negativo en las aportaciones netas a estos productos. Tanto que, a falta de conocer los datos del cierre de 2017, los planes de empleo llevan desde el año 2012 cerrando cada ejercicio con más reembolsos que aportaciones.

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