
El auge de los vehículos eléctricos tiene potencial para cambiar muchos aspectos del mundo que conocemos hoy en día. El final del petróleo como principal combustible para los coches es uno de estos cambios, pero no el único, ya que la llegada del coche eléctrico tiene asociadas otras consecuencias. Una de ellas es la aparición del litio como el nuevo combustible del mundo del automóvil.
La posibilidad de que la demanda de este metal se dispare queda clara con el siguiente dato: según explica Goldman Sachs, un sólo vehículo Tesla Model S -el primer coche eléctrico que comercializó la marca presidida por Elon Musk- tiene la misma cantidad de litio que 10.000 teléfonos móviles actuales. Así, si el vehículo eléctrico logra hacerse un hueco en el mercado automovilístico, no es mala idea pensar en invertir en productoras de litio.
Desde Goldman Sachs lanzan estimaciones concretas sobre el impacto que tendrán estos nuevos coches en la demanda del metal, el elemento sólido más ligero que se conoce. El banco estadounidense destaca que "por cada 1% de penetración que tenga el coche eléctrico en el mundo, la demanda subirá en 70.000 toneladas métricas todos los años". Esto supondría un incremento cercano a la mitad de toda la demanda mundial de litio que hay en este momento, registrada en torno a 160.000 toneladas al año. Goldman, además, lanza estimaciones sobre cuánto litio consumirá la industria de este tipo de coches en el futuro, estimando que pase de las 27.000 toneladas cada año que se utilizan hoy, hasta las 310.000 toneladas en el año 2025, más de 100 veces por encima de los niveles actuales. Un hecho que explica el auge que puede experimentar la demanda de litio es la construcción de la fábrica de baterías por parte de Tesla: según se explica desde Bloomberg, la compañía ha invertido más de 5.000 millones de dólares en el proyecto, el más grande de todo el planeta.
¿Qué ocurre con la oferta?
Con unas previsiones de demanda creciente a ritmos vertiginosos, la pregunta es si hay suficiente litio en el mundo como para poder convertirse en el combustible del siglo XXI. La respuesta es afirmativa; según explican desde Swiss Resource Capital -SRC-, una compañía especializada en materias primas que ofrece información sobre estos activos: "El litio no es un material raro en el mundo: supone un 0,006% de toda la corteza terrestre, más raro que el zinc y el cobre, pero menos que el cobalto, el estaño o el plomo". La firma suiza destaca cómo "según las estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos, hay 40 millones de toneladas de litio minable en el mundo". Esto, teniendo en cuenta las previsiones de demanda que maneja Goldman Sachs, de 470.000 toneladas en 2025, haría que hubiese litio suficiente como para surtir al mundo durante casi 80 años. Además, el banco estadounidense destaca que, si bien aún no se practica a gran escala, "se puede reciclar".
El litio no cotiza en el mercado debido, según explican desde SRC, a que "hay calidades demasiado diferentes como para hacer un estándar de mercado", un obstáculo al que se junta el hecho de que el 80% de la oferta mundial se produce en cuatro países -Bolivia, Chile, Argentina y Australia- y sólo por parte de cuatro compañías -Albemarle, FMC, SQM y Tianqi Lithium-, quienes, según un informe de PWC del año 2016, "se cree que están manteniendo la producción por debajo de los niveles de demanda para mantener los precios altos".
La mejor forma de invertir
Si bien la demanda puede dispararse, eso no tiene por qué traducirse en subidas para el litio, siempre y cuando la oferta sea aún mayor. De momento, los precios han corrido mucho: según explica SRC, "desde mediados de 2015 hasta ahora el litio ha pasado de 6.000 dólares por tonelada, hasta los 20.000". Sin embargo, la empresa considera que debería reducirse hasta el entorno de los 10.000-12.000 dólares, todavía rentable para las minas, ya que el coste de extracción se mantiene "entre los 3.000 y los 6.500 dólares".
De esta forma, para no quedarse pillado en esta posible caída, parece mejor idea invertir en el ETF Global X Lithium & Battery Technology, un fondo cotizado que sube un 21% en el año, y que recoge a las principales empresas mineras de litio y productores de baterías, empresas que deberían beneficiarse del ingente aumento de demanda esperado. El fondo triplicó su tamaño en 2016, hasta los 118 millones de dólares, según se explica desde Bloomberg, y su volumen de negociación se multiplicó por 10 ese año. Actualmente las productoras FMC y SQM suponen casi un 40% de la ponderación del índice, y Tesla es la tercera mayor posición, con un 7% de ponderación. La comisión máxima de gestión anual es del 0,75%.