Inversion a Fondo

Crear alfa es meter más goles que la media

Existen distintas medidas para controlar el riesgo que se asume en una inversión. Entre ellas, el alfa. Lo que indica esta ratio, explicado de forma sencilla, es la capacidad de un equipo gestor para generar valor por encima del índice de referencia.

En el mundo de la inversión también existen pichichis -así se conoce en el argot futbolístico al máximo goleador de una liga-. Y no son futbolistas, sino gestores. Su mérito no es meter goles al estilo de Cristiano Ronaldo o d e Messi, sino conseguir rentabilidades superiores a las del índice de referencia. Cuando eso ocurre, se dice que generan alfa. Se trata de una ratio que mide la destreza de un gestor y la de su equipo, entendida como el mejor o peor comportamiento de un fondo respecto a su benchmark -índice de referencia-.

El alfa es sólo uno de los parámetros que permite medir el riesgo de un fondo de inversión. "La definición clásica es algo confusa, pero viene a decir que un alfa positivo significa que el gestor y su equipo están añadiendo valor a la cartera gracias a su destreza. Cuanto mayor es el alfa, mayor es la incidencia del gestor sobre el fondo", explica Fidelity en una guía sobre medidas de riesgo. De manera que un alfa positivo indica que el gestor está batiendo al mercado de forma sostenible mientras que un alfa negativo indica todo lo contrario.

Así, por ejemplo, entre los fondos de bolsa española que se comercializan en el mercado español, los tres que más alfa generan en el último año son Aviva Espabolsa, Metavalor y DWS Acciones Españolas. Amás largo plazo, a tres años, se mantiene en primera posición Aviva Espabolsa junto a SantanderSmall Caps España y EDM Inversión.

Desde Morningstar apuntan que "en la aplicación de la fórmula, el elemento más importante es determinar el índice de referencia contra el que se compara el gestor. Para un fondo de renta variable española, lo lógico sería comparar la evolución del fondo contra el Ibex 35. Pero no sería del todo correcto, ya que el Ibex 35 es un índice que no tiene en cuenta los dividendos".

Aveces, tener un alfa positivo no significa necesariamente que el gestor cree valor de forma sistemática. Es decir, un gestor pasivo que se limite a seguir un índice también puede conseguir un alfa superior al cero. "El gestor podría haber batido a su índice de referencia simplemente porque ha tomado exposición de forma pasiva a un determinado subsegmento del mercado -pequeñas compañías, empresas con una cierta característica fundamental, etc.- sin que ello suponga una habilidad del gestor en la selección de valores?, añaden desde Morningstar.

Otras formas de medir el riesgo

Por ello, para complementar esta ratio, existen otras formas de medir el riesgo. En Fidelity distinguen entre las medidas absolutas, donde se incluye la volatilidad y la desviación estándar; las medidas relativas, con el tracking error y la beta; y los ratios complejos representados por el alfa y el ratio de sharpe .

Desde la gestora explican de forma sencilla cada una de estas variables. Así, por ejemplo, la volatilidad indica el grado de regularidad del comportamiento del fondo, para lo cual "debemos comparar su comportamiento en un conjunto de periodos con la media en todos esos periodos", apuntan. De modo que cuanto mayor sea la volatilidad, más variable es su comportamiento. Mientras que la desviación estándar permite ver el grado de riesgo de un fondo, teniendo en cuenta cómo varía su evolución en distintos periodos respecto a la media.

Aunque de todos, el que más se podría equiparar al alfa es el ratio de sharpe. Básicamente, lo que mide este parámetro es cómo se comporta el fondo en comparación con un activo exento de riesgo. Para calcularlo "se resta la rentabilidad de un activo exento de riesgo de la rentabilidad de la cartera. Luego, la diferencia neta se divide entre la volatilidad y el resultado es el ratio de sharpe. Para obtener un sharpe positivo el fondo debe comportarse mejor que el activo exento de riesgo", señalan desde la firma.

Después está la beta, muy relacionada con el alfa, que lo que examina es la sensibilidad del fondo a los movimientos de mercado. De manera que una beta igual a uno significa que sigue un comportamiento parejo y viceversa. Mientras que el error de seguimiento -también conocido como tracking error- mide cuánto se desvía un gestor respecto a su índice de referencia, es decir, da una idea al inversor sobre la actividad o inactividad del gestor. Lo que significa que cuanto más elevado es el tracking error, más activo será el fondo.

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