De media el 25% del dinero que captan los fondos de inversión y planes de pensiones vienen de un traspaso. Una figura que cobra aún más interés en momentos de mercados volátiles como el actual. Analizamos las claves para realizarlo con éxito.
Texto: Diciembre de 2015: un inversor X se toma las uvas con un fondo de renta variable en cartera que en principio no tiene previsto tocar ya que todas las previsiones de los expertos apuntan a que si hay un activo que tendrá que subir en 2016, ese será la renta variable. 4 de enero: el mercado chino hace crash y las acciones empiezan a caer a plomo...hasta hoy. ¿Qué opciones tiene ese inversor si no está dispuesto a asumir la volatilidad que, a juzgar por estos primeros compases del año, va a reinar en lo que queda de ejercicio? Traspasar su fondo de renta variable a uno con menor riesgo. Además, por ser inversor residente en España tiene una gran ventaja en comparación con los inversores europeos y es que en España los traspasos entre fondos están exentos de tributación. Es decir, no están sometidos a los tipos del ahorro que sí se tienen que abonar cuando uno vende y compra cualquier otro producto financiero, ya sean acciones, bonos, seguros o ETF.
Esta ventaja fiscal, que también se aplica en el caso de los planes de pensiones, explica por qué, según los últimos datos disponibles de Inverco, en 2014 el volumen estimado de traspasos entre fondos ascendió a 48.503 millones de euros, el doble que el año anterior, o lo que es lo mismo el 38 por ciento de todas las suscripciones realizadas durante ese año. Y eso explica también por qué el capital movilizado en planes de pensiones en 2014 -último dato disponible- ascendió a 13.592 millones de euros, el 22,1 por ciento del patrimonio medio en planes de pensiones. Pero ¿cómo funcionan los traspasos? En este número 20 de la sección de Inversión a Fondo de Escuela de Inmersión analizamos las claves que debe conocer un inversor antes de hacer uso de este mecanismo.
Los diferentes pasos del proceso
El primero de ellos es el cómo se realiza. La secuencia es la siguiente: el inversor solicita la compra de participaciones a la entidad gestora o comercializadora del producto en el que desea invertir entregando una copia del extracto de posición del fondo desde el que desea realizar el traspaso, esa gestora traslada la solicitud a la entidad que gestiona el fondo de origen y ésta es la encargada de trasferir el capital. Según explica la CNMV, todo el proceso suele durar hasta cinco días hábiles si los fondos son gestionados por la misma gestora o hasta ocho si el traspaso se realiza entre fondos de distintas gestoras, siempre y cuando los fondos en cuestión tengan liquidez diaria.
Más allá de los plazos en los que se hace efectivo un traspaso se ha de conocer a qué precio se compra y se vende el fondo, es decir el valor liquidativo al que se realizará la transacción. Según explican desde Fidelity, "el valor liquidativo al que se hace el traspaso depende donde invierta el fondo y de lo que haya establecido la gestora en sus folletos". Y es que es en el folleto donde figura el valor que se tendrá en cuenta a la hora de realizar cualquier suscripción o reembolso en el fondo. Y no solo el día -se suele tomar el del cierre del día en el que se realiza la orden (D), que se publica al día siguiente, o el día siguiente (D+1), que se publica dos días más tarde- sino la hora de corte, que también ha de figurar en el folleto del producto. Por ejemplo, si un fondo tiene establecida la hora de corte para suscripciones y reembolsos a las 12:00 y la petición se realiza a las 12:30, el valor que se tendrá en cuenta no será el de ese día sino el del día siguiente.
Además, hay que tener en cuenta que, aunque la liquidez de los fondos es diaria, es decir se pueden comprar y vender participaciones todos los días, las gestoras pueden exigir un preaviso de 10 días en solicitudes de reembolsos que superen los 300.000 euros para minimizar los riesgos que pudieran derivarse para el resto de inversores una salida de capital tan pronunciada.Otra de las claves a tener en cuenta son las comisiones ya que aunque no existen como tales comisiones por traspasos, sí hay muchos fondos que soportan comisiones de suscripción o reembolso y, al fin y al cabo, el traspaso exige la venta y posterior compra de las participaciones de un fondo. Es por ello que también el inversor debe asegurarse que el fondo destino no implique una inversión mínima superior a la que él -o ella- desee realizar ya que si no no se podría materializar el traspaso y se consideraría solo como un reembolso, con la tributación fiscal que le corresponde.
Además, también hay que tener en cuenta la divisa en la que están tanto el fondo de origen como el de destino ya que, según explica Rose Marié Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March, "aunque el valor liquidativo del fondo que se venda esté en dólares y el que se compre también, la gestora te tiene que realizar el tipo de cambio y eso también afecta al importe que al final se traspasa".