Internacional

Theresa May pide a Corbyn acelerar las negociaciones para votar el acuerdo del Brexit en junio

  • El golpe de las elecciones europeas puede espolear a los partidos
Jeremy Corbyn, líder de la oposición, y Theresa May, primera ministra. Foto: Getty.

Con la catástrofe que se cierne sobre los dos grandes partidos británicos en las elecciones europeas de la próxima semana, crecen las prisas para cerrar un acuerdo de salida de la UE. Este martes, la primera ministra, Theresa May, se reunió con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, para anunciarle que pretende llevar a votación la ley que hará oficial el Brexit la primera semana de junio y pedirle acelerar las negociaciones entre ambos.

Para entonces ya debería estar cerrado un acuerdo entre ambos partidos, que llevan negociando desde hace mes y medio sin demasiados avances. Las exigencias de los laboristas, una unión aduanera y un "referéndum confirmatorio", son inaceptables para los 'Tories', que se limitan a ofrecer el acuerdo negociado por May con la UE con mínimos cambios.

En una declaración oficial, Downing Street confirmó que el encuentro entre ambos líderes había sido "constructivo" y que continuarían las reuniones "al más alto nivel" para encontrar un acuerdo antes de la semana del 3 de junio. Si no hay un pacto, May había prometido llevar distintas opciones de nuevo a votación para dejar que los diputados encuentren un consenso.

Un mes de locos

El calendario puede acabar siendo bastante maquiavélico. La semana del 3 de junio será justo después de las elecciones europeas, en la que los dos grandes partidos pueden recibir un castigo histórico. A la vez se celebrará la visita de Estado de Donald Trump a Londres, que se prevé llena de protestas, y una elección especial en la circunscripción de Peterborough, después de que la diputada laborista dimitera tras ser condenada en un caso de corrupción.

Y con todo, no se puede garantizar la aprobación del acuerdo ni con el visto bueno de los líderes laboristas. Un acuerdo que incluya a Corbyn será rechazado por numerosos diputados conservadores 'brexiters' que aceptaron el plan de May pero no querrán ver su nombre junto al del líder de la oposición. Y si no hay referéndum, más de la mitad de los laboristas podrían rebelarse contra su líder, temiendo que sus votantes huyan a los partidos europeístas. El caos político puede ser más extraordinario aún.

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