
Un grupo de hombres armados asaltó hoy la sede de la Compañía Nacional de Petróleo (NOC) libia en Trípoli, donde se entabló un tiroteo que ha causado "numerosas víctimas", informaron a EFE fuentes de Seguridad. Además, El presidente de la Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC, por sus siglas en inglés), Mustafa Sanella, ha sido evacuado de las oficinas centrales de la empresa.
Según un portavoz de la Fuerza Especial de Disuasión (RADA), milicia que controla el ministerio de Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli, al menos "dos de los asaltantes se han suicidado".
"Nuestros hombres tienen rodeado el edificio y ahora están rescatando a las personas que se encontraban dentro", explicó el portavoz, Ahmad Salem. Hasta el momento, ningún grupo ha asumido la autoría del asalto a la sede petrolera, situada en el centro de la capital.
El ataque se produce en medio del frágil alto el fuego impulsado por la ONU días atrás tras casi dos semanas de cruentos combates entre las distintas milicias que controlan la capital, los perores desde el inicio de la guerra civil en 2014.
Libia todavía no tiene el control total sobre los yacimientos petrolíferos del país, ya que algunos están en poder de milicias locales. Por este motivo, y dado que su bombeo actual no ha recuperado los máximos que alcanzó hace años, está exenta de los recortes a la producción de crudo que acordaron sus socios de la OPEP a finales de 2016 y que entraron en vigor en enero de 2017.
La cotización del barril de Brent, de referencia para Europa, ha repuntado este lunes un 0,6%, hasta superar los 77,3 dólares por barril. La cotización del West Texas Intermediate, de referencia para Estados Unidos, ha caído una décima, hasta el entorno de los 67,8 dólares por barril.
De acuerdo con las cifras oficiales, al menos 71 personas -entre ellas numerosos civiles- perdieron la vida en los enfrentamientos, que han puesto de manifiesto la incapacidad del gobierno sostenido por la ONU para controlar Trípoli.
Dos gobiernos sin legitimidad democrática
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad tiene dos gobiernos, uno en Trípoli y otro en Bengasi bajo la tutela del controvertido mariscal Jalifa Hafter, ninguno de los cuales disfruta de legitimidad democrática.
La división ha sido aprovechada por los grupos yihadistas para asentarse en el país y por las mafias dedicadas al contrabando de armas, combustible, personas y alimentos para apropiarse de la economía nacional.