El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado este lunes instrucciones para que España acoja el barco Aquarius, en el que se encuentran las 629 personas abandonadas a su suerte en el Mediterráneo. Sin embargo, aunque se iba a habilitar el puerto de Valencia para tal fin, tanto la ONG SOS Méditerranée como Médicos Sin Fronteras (MSF) lo han descartado horas después por la inseguridad que generaría un viaje de entre tres y cinco días hasta Valencia.
"Es responsabilidad de las autoridades marítimas italianas encontrar una solución rápida y segura para las 629 personas a bordo del 'Aquarius'", ha subrayado SOS Mediterranée. La organización ha destacado que Salvamento Marítimo español propuso acoger al buque en Valencia, "pero llegar a España llevaría varios días". "Con 629 personas a bordo y el clima empeorando, la situación podría volverse crítica", ha advertido. "La prioridad debe seguir siendo la seguridad de todos los sobrevivientes", ha apostillado.
UPDATE 2 L'incolumità delle persone a bordo della nave #Aquarius deve restare la priorità.
— SOS MEDITERRANEE ITA (@SOSMedItalia) 11 de junio de 2018
Le autorità marittime italiane devono trovare velocemente una soluzione per la sicurezza dei 629 naufraghi.
"Evitar una catástrofe humanitaria"
"Es nuestra obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer 'un puerto seguro' a estas personas, cumpliendo de esta manera con las obligaciones del Derecho Internacional", dijo el lunes por la mañana La Moncloa en un comunicado. Esta decisión del nuevo Ejecutivo llegaba después de que Italia y Malta se negaran a acoger a los migrantes que viajaban en el barco.
Pese a ello, las dudas de MSF por las condiciones climatológicas y la situación de los migrantes a bordo se fueron incrementando con el paso de las horas: "Solicitamos el desembarco inmediato de las personas que se encuentran a bordo. Con el buque rumbo a España, se reducirá aún más la capacidad en el mar para las operaciones búsqueda y rescate. Migrantes y refugiados siguen saliendo cada día de Libia en botes", apuntaron en un primer momento.
Duras condiciones a bordo
El doctor David Beversluis, que se encuentra a bordo del barco, ha advertido del riesgo de que empeoren las condiciones de salud de los 629 migrantes recogidos por el buque si las condiciones empeoran, por el estrés y el hacinamiento. La escasez de comida y agua se ha solucionado por el momento al recibir en la tarde del martes 950 botellas de agua, 800 paquetes de fideos instantáneos y refrigerios que les entregó un buque de la marina maltesa.
Beversluis explicó que en el barco apenas disponían de comida. Esto, sumado a las deficientes condiciones, hacía difícil que aguantaran muchos días más. Por ello, insistió en que necesitan "un puerto de seguridad". "Sin eso, corremos el riesgo de tener muchos más pacientes graves", alertó.
La mayoría de los migrantes, según indicó, presentan síntomas generalizados como fatiga, deshidratación, dolores musculares y mareos y aunque la situación médica actual es "estable", advierte del riesgo de que empeore durante la noche sin una mayor capacidad médica y unas mejores condiciones. Según indicó, a bordo del Aquarius hay siete mujeres embarazadas "en buenas condiciones" pero recuerda que son "vulnerables" ante el empeoramiento de las condiciones.

Foto: Reuters
Reacciones en España e Italia
La decisión del Gobierno español, en todo caso, ha despertado numerosas adhesiones. El lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, anunció la disposición de Euskadi a acoger a un 10% de los migrantes, mientras que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el de Valencia, Joan Ribó, ofrecieron sus ciudades como punto de acogida. A última hora del lunes, los presidentes socialistas de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y de Aragón, Javier Lambán, también ofrecieron sus comunidades para la acogida.
Desde Italia, sin embargo, tras conocerse la decisión de Sánchez, Matteo Salvini, líder de la Liga y ministro del Interior, fue contundente, a través de su cuenta de Twitter, al declarar como "victoria" que el barco pusiera rumbo a España. Acto seguido, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, agradeció a Sánchez la oferta de España.
Su homónimo maltés, Joseph Muscat, señaló, a su vez, que Malta ofrecería provisiones al pasaje. Además, agradeció a Sánchez su decisión y acusó a Italia de "provocar un enfrentamiento tras romper las reglas internacionales".
La Comisión Europea, por su parte, valoró positivamente la iniciativa de España. Se trata de un ejemplo de "solidaridad real puesta en práctica hacia personas desesperadas y vulnerables y también hacia otros estados miembros", destacó en Twitter el comisario de Migración, Asuntos de Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos.