El exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis ha vuelto a la política de su país para retomar el trabajo donde lo dejó, dar nuevamente guerra a la troika y sacudir el 'establishment' europeo con un nuevo partido político.
Varoufakis, el extravagante exministro que enfureció a las autoridades europeas en el momento culminante de la crisis griega en 2015, ha presentado esta semana MeRA25, un nuevo partido heleno dentro del movimiento paneuropeo DiEM25, que ya dio a conocer en Nápoles (Italia) a principios de este mes y que pretende "recuperar nuestra Europa a través de alternativas realistas".
"Somos un partido nuevo, pero no un partido más", explicó el exministro, que definió este proyecto como una "alianza de izquierdistas, ecologistas liberales y de todo el espectro democrático", cuyas listas nacionales serán elegidas por afiliados de toda Europa.
La esperanza del extitular de Finanzas es que este movimiento transnacional "devuelva la esperanza y el aliento" a los ciudadanos de un país asfixiado por la deuda y los recortes.
Desobedecer a Europa
Y para dar solución a este problema, Varoufakis ofrece lo mismo con lo que ya fracasó en 2015: enseñarle a los acreedores quién es el que manda. Y esta vez, a diferencia de hace tres años, ha jurado que no negociará con Europa ni se rendirá. "Cuando Europa comience a darnos órdenes, recibirán una fuerte desobediencia. Tendrán que asumir el costo que supone sacarnos del euro o aceptar nuestras políticas", dijo.
Varoufakis destacó que la crisis de Grecia no se puede solucionar extendiendo deudas. Según el exministro, el Eurogrupo "no está interesado en la recuperación de Grecia o en recuperar su dinero. Están interesados en mantener las redes de poder creadas a expensas de la gente de Europa y en particular de este país".
Mera, que en griego significa "día", es un acrónimo de Frente Europeo de Desobediencia Realista, y su 25 hace referencia a 2025, un horizonte que marca un "punto de no retorno" para el objetivo de "democratizar Europa", según explica el partido en su manifiesto.
MeRA25 se presenta como un "frente griego patriótico de europeístas" que practican la "desobediencia responsable" y pretenden "acabar con la obediencia ciega a los directivos de la troika y a la oligarquía".
Según Varoufakis, la desobediencia que propone su proyecto para los próximos comicios está acompañada de un programa de políticas "alternativas, coherentes y creíbles" que tienen el potencial de empoderar a Grecia, ya se lleven a cabo dentro o fuera de la eurozona.
El manifiesto de MeRA25 habla de un New Deal para Grecia, con dos objetivos principales: reducir los impuestos y los costes fijos de las actividades financieras, y reestructurar "significativamente" las deudas pública y privada.
Seis reformas
Para ello proponen seis reformas: reducción de impuestos y de los objetivos de superávit primario; introducción de un nuevo sistema de pagos digital público; creación de un "banco malo" que gestione los préstamos dudosos; creación de un banco de inversión público cuyos beneficios se destinen a los fondos de pensiones y cambios en la fiscalidad de autónomos y jóvenes.
Varoufakis reconoce que las autoridades contra las que ya batalló no les permitirán llevar a cabo sin más estas reformas por lo que proponen implementarlas unilateralmente y permanecer en la Eurozona hasta que los líderes europeos fuercen un "Grexit" o acepten sus políticas.
El carismático político defendió ya esta línea durante las negociaciones con los acreedores en 2015, convencido de que éstos acabarían cediendo a las peticiones de Grecia. La decisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de ceder a la troika fue el detonante que le llevó entonces a Varoufakis presentar su dimisión.
Una de las mayores preocupaciones de MeRA25, además de la profunda crisis de la deuda, es la desertificación de un país que corre el peligro de transformarse "en un Kosovo mediterráneo, donde los jóvenes habrán emigrado y jubilados extranjeros pasarán sus días en hoteles de cinco estrellas mientras los pensionistas griegos pasan hambre".
Varoufakis destacó el drama que supone para Grecia la pérdida de 500.000 jóvenes con estudios superiores que se han visto forzados a emigrar debido a la situación en su país, que son "irrecuperables".
Para explicar cómo Grecia ha llegado a esta situación, comparó al país con una familia que no puede pagar su hipoteca y decide contratar una tarjeta de crédito tras otra para hacer frente a los pagos, "una idea loca para cualquiera, pero eso es lo que se hizo aquí".