El club Bilderberg celebra su reunión anual este fin de semana en Chantilly (Virginia, EEUU), y 131 personas destacadas en los ámbitos de la política, la economía, la empresa y los medios de comunicación de una veintena de países debatirán sobre la actualidad del planeta y el devenir mundial bajo la regla del más absoluto secreto.
Los desequilibrios en el tablero internacional a los que está dando lugar la nueva Administración norteamericana, con el magnate Donald Trump a la cabeza, supone un motivo de preocupación en los líderes mundiales. Precisamente el club Bilderberg nació en 1954 con el objetivo de estrechar la colaboración entre Estados Unidos y Europa, y en esta ocasión, que coincide con la ruptura por parte de Trump del compromiso con el Acuerdo de París, parece más necesario que nunca.
Pese a que esta última 'peineta' de Trump a la comunidad internacional -el acuerdo medioambiental cuenta con 200 firmantes, entre ellos, China- no pudo haber sido prevista por los organizadores de la reunión Bilderberg, el primer punto a tratar en su agenda lleva por título "La Administración Trump: un informe de progreso".
La Casa Blanca ha decidido enviar a tres figuras de peso en el equipo del presidente, Herbert Raymond McMaster, asesor de seguridad nacional; Wilbur Ross, secretario de comercio; y el estratega Chris Liddell, para que den la cara por el multimillonario y defiendan sus actuaciones, según publica RT Noticias.
Se dice que la influencia del club Bilderberg es tal, que tiene el poder de doblegar la voluntad de presidentes. Este fin de semana constituirá una prueba de fuego de cómo la reunión se posiciona ante el desafío que supone Trump para las relaciones económicas e internacionales.
Otros de los asuntos incluidos en la agenda de puntos a analizar incluyen la proliferación nuclear, China, el populismo, la guerra de la información y la globalización.