
El presidente de EEUU, Donald Trump, le exigió al exdirector del FBI James Comey "lealtad" cuando llegó en enero a la Casa Blanca, pero éste tan solo le ofreció "honestidad", algo que podría haberle costado el cargo este martes, según publica este viernes The New York Times.
Sucedió durante una cena privada una semana después de la toma de posesión del 20 de enero, según explicó Comey a algunos de sus colegas, que tras su despido hablaron bajo condición de anonimato con el rotativo neoyorquino.
En un punto de la conversación, después de que Trump alardease de su victoria en las elecciones y de las "multitudes" que reunía en sus mítines, el presidente le pidió a Comey que le "jurase lealtad".
Éste rechazó esa petición y, en su lugar, le prometió que siempre sería "honesto" con él, pero insistió en que no sería "de fiar" en el sentido político del término.
Insatisfecho con la respuesta, Trump le instó hasta dos veces más a jurarle lealtad, pero Comey no cedió, siempre según la versión del exdirector del FBI. Comey cree ahora que esa cena fue "un presagio de su caída", según el citado diario.
Una portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo al rotativo neoyorquino que la versión del exdirector del FBI no es un "relato preciso" de lo que sucedió en la cena y que el presidente nunca le exigiría "lealtad personal", sino lealtad al pueblo y a la patria.
Trump despidió este martes a Comey alegando su supuesto mal manejo de la investigación contra Hillary Clinton por el uso de cuentas privadas de correo electrónico cuando era secretaria de Estado para comunicaciones con información confidencial.
No obstante, el despido ha generado una gran controversia, dado que Comey era el encargado de liderar la investigación sobre la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones de noviembre y la relación entre funcionarios rusos y miembros de la campaña electoral de Trump.
Trump le preguntó si le investigaba
Este jueves, en una entrevista con la cadena NBC, el propio Trump ha explicado que fue él quien pidió expresamente en tres ocasiones al cesado director del FBI que le informase de si estaba siendo investigado por la presunta vinculación de su campaña con las autoridades rusas.
En el texto con el que Trump comunicó el martes el fulminante cese de Comey, el presidente aseguró que el responsable del FBI le había informado "en tres ocasiones distintas" de que no estaba siendo investigado, lo que ha generado todo tipo de dudas en estos últimos dos días.
"Yo le pregunté en realidad", ha dicho el presidente, que ha circunscrito estas interacciones a la cena y las dos llamadas telefónicas mencionadas. "Si es posible me gustaría saber: ¿estoy siendo investigado?", ha añadido Trump, al ser preguntado por esta polémica durante una entrevista a NBC News.
El mandatario ha alegado que en ningún momento intentó presionar a Comey por las pesquisas abiertas y ha recalcado que él también quiere saber "si hubo algún problema con las elecciones" y "si Rusia hizo algo". No obstante, ha negado cualquier tipo de "colusión" entre su campaña y Moscú y una supuesta afectación en el resultado de los comicios 8 de noviembre.
El despido
Trump ha negado que, con este despido, quiera enviar un mensaje al futuro director del FBI para que desista en sus indagaciones y ha insistido en que, con Comey al frente, la agencia de seguridad ha vivido una "tormenta". "Tú lo sabes, yo lo sé, todos los saben. Sólo hay que mirar el FBI hace un año (...), no se ha recuperado desde entonces", ha asegurado.
En este sentido, ha asumido la plena responsabilidad del despido de Comey, a quien ha llegado a tachar de "fanfarrón". Aunque en su nota inicial aludió a las recomendaciones planteadas por el Departamento de Justicia, en particular por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, ahora apuntado que iba a cesar al director del FBI de todas formas.
Este cambio de actitud contrasta con la postura que Trump había mantenido hasta ahora, especialmente a raíz de que Comey revelase a escasos días de las elecciones nuevas investigaciones sobre la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton, por el uso de un servidor privado de correo electrónico durante su etapa como secretaria de Estado. Trump aplaudió entonces su "valentía"