Internacional

EEUU se encamina hacia un nuevo cierre del Gobierno por el bloqueo en las negociaciones sobre el estímulo

  • Los demócratas acusan a los republicanos de querer boicotear a Biden
Foto: Reuters

El problema de dejarlo todo para el último momento es que a veces es imposible arreglarlo todo antes de que se acabe el tiempo. Una lección que pueden vivir de nuevo los congresistas estadounidenses. Las negociaciones sobre el nuevo paquete de estímulos están obstaculizando los nuevos presupuestos, y todo apunta a que el Gobierno podría quedarse sin fondos esta misma noche.

La semana pasada, la crisis se evitó en el último momento después de que dos senadores, el demócrata Bernie Sanders y el republicano Josh Hawley, cedieran a su exigencia de aprobar el envío de cheques de 1.200 dólares a cada estadounidense. Ambos permitieron aprobar una prórroga de una semana de las Cuentas, que vence este viernes. Y los problemas no parecen haberse resuelto, sino todo lo contrario.

Por un lado, el senador republicano Pat Toomey ha añadido hoy una cláusula que reduciría la capacidad de la Reserva Federal de suministrar estímulos monetarios a la economía con préstamos de emergencia. Este movimiento, que los demócratas han interpretado como "un intento de boicotear la economía en el mandato de Joe Biden" ha hecho que se levantaran de la mesa.

Los nuevos presupuestos iban aparejados al plan de estímulos, así que la paralización de este último supone que las cuentas se queden también en un cajón hasta que se solucione este problema. Ambas partes podrían aprobar una nueva prórroga presupuestaria durante unos días más, esperando que la proximidad de la Nochebuena y las ganas de irse de vacaciones sirva para que los dos lados lleguen a un acuerdo.

Pero la pareja de senadores Sanders-Hawley insiste en que vetarán cualquier prórroga de corto plazo salvo que el líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, acepte llevar a votación la cifra de 1.200 dólares para los cheques, el doble de lo que se estaba negociando hasta el momento, un cambio que la mayoría de republicanos no acepta. McConnell no quiere ni aprobar ese cambio, ni obligar a su grupo a votar en contra, lo que sería utilizado por los demócratas en la campaña electoral en Georgia que decidirá el control de los dos escaños clave en el Senado el próximo 5 de enero. Así que su opción parece ser no ceder y permitir el cierre del Gobierno.

Tercer cierre en cuatro años

Si nadie da su brazo a torcer en las próximas horas, EEUU se encaminaría a un nuevo cierre del Gobierno, el tercero y probablemente último de la Era Trump. Los funcionarios dejarían de cobrar y la mayoría de las actividades públicas no esenciales se suspenderían, una situación que puede ser más grave de lo normal en medio de un traspaso de poder y con una crisis sanitaria azotando el país.

McConnell advirtió de "estaremos aquí todo el fin de semana", a la espera de que el impás pueda resolverse antes del lunes, cuando empiecen a sentirse los primeros efectos de verdad.

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