
El lento giro en la política económica alemana continúa. El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, sugirió este viernes que podría ser necesario suspender el freno de la deuda, la cláusula que limita el endeudamiento neto anual del Gobierno federal a un 0,35% del PIB, apelando a la cláusula que permite escapar en caso de catástrofe o emergencia. "Es muy pronto para saberlo", dijo.
Según recoge el diario Handelsblatt, funcionarios de la administración germana ya están planeando la activación de la cláusula de nuevo para el año que viene, ante el hundimiento de los ingresos y el aumento del gasto producido por el parón económico y la crisis sanitaria.
Este año, la limitación constitucional supondría que el Gobierno de coalición conservador-socialista de Angela Merkel solo podría emitir deuda por valor de 17.000 a 18.000 millones de euros en los mercados. Una cifra que no cubre ni de lejos la caída de recaudación impositiva o los gastos sanitarios, que muy probablemente se extiendan hasta entrado el próximo año. La alternativa sería imponer austeridad, justo lo contrario de lo que necesita la economía para reactivarse.
El presidente del Consejo Alemán de Expertos Económicos dijo al medio alemán que "es utópico compensar el déficit en 2021 con el componente económico del freno de la deuda", por lo que "el gobierno federal probablemente tendrá que aplicar la cláusula de excepción del freno de la deuda por segundo año". Aun así, insiste en que el límite debería volver a aplicarse en 2022.
El Gobierno alemán ya suspendió su sacrosanto límite en marzo, cuando necesitaba ganar espacio fiscal tras el compromiso de dar un apoyo de liquidez ilimitado a las empresas y su intención de crear un fondo de emergencia de varias decenas de miles de millones de euros para los autónomos y las pymes.