En los primeros compases de la crisis del coronavirus, un grupo de científicos chinos apuntó al pangolín como el posible intermediario en la transmisión de la enfermedad al ser humano. Han tenido que pasar tres semanas para que nuevos estudios descarten que sea esta especie la que ejerciese de transmisora. El misterio sigue sin resolverse, y el pangolín ha sido perdonado. Coronavirus (Covid-19): las últimas noticias del brote que mantiene en vilo al mundo.
Los datos han sido publicados por Nature, que cita a los científicos que levantaron la liebre a principios de febrero y a otros tres estudios que no pueden asegurar que la especie del pangolín sea la transmisora del coronavirus. Así, la búsqueda continúa con alguna que otra certeza y muchas incógnitas.
Todo se debe a una confusión: mientras que los investigadores aseguraron en un primer momento que el pangolín y el coronavirus mantenían un 99% de compatibilidad genética, ahora han dado marcha atrás, matizando que ese porcentaje solo se da en un tramo concreto de la secuencia del genoma.
"Es una falta de comunicación vergonzosa entre el grupo de bioinformática y el grupo de laboratorio del estudio", aseguran desde la Universidad Agrícola del Sur de China, encargada del primer estudio y de la actual corrección. La compatibilidad global es de un 90%, insuficiente en ciencia para sacar conclusiones, lo que ha llevado a volver a abrir el abanico de 'sospechosos'.
Lo que los investigadores mantienen es que la transmisión a los seres humanos se tuvo que realizar a través de una especie intermedia. La hipótesis es que el brote de coronavirus comenzó en un mercado de Wuhan en el que tendría lugar la venta ilegal de animales, entre ellos los murciélagos que comenzaron la epidemia. Por tal razón, además del pangolín, otros animales que se podían vender junto a ellos (como las serpientes) también han aparecido en las quinielas como posibles transmisores.