Internacional

El FMI llega a Argentina a renegociar su deuda tras sufrir un nuevo impago

  • El Gobierno aplaza un bono hasta septiembre al fracasar su refinanciación
Martín Guzmán, ministro argentino de Economía. Foto: Reuters

Argentina lleva décadas viviendo en una crisis permanente. Y el último capítulo se desarrolla esta semana en Buenos Aires. Los representantes del FMI, encabezados por la directora adjunta Julie Kozack y el responsable de las negociaciones con Argentina, Luis Cubeddu, llegaron este miércoles a la capital argentina para renegociar con el Gobierno sudamericano las condiciones de pago del préstamo de 44.000 millones de dólares que el organismo le concedió al expresidente Mauricio Macri hace dos años.

La clave de la negociación que comienza ahora es si el FMI permitirá al Gobierno argentino aplazar sus desembolsos hasta 2023, como ha pedido. El organismo quiere que Argentina negocie primero con los acreedores privados, que poseen más deuda que el Fondo y con vencimientos más próximos, una quita del 20%, y plazos más largos. A continuación, el FMI ofrecería una ampliación similar de plazos, para dar tiempo al país de recuperarse y salir de la recesión que sufre.

Kirchner quiere una quita

Pero la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cree que el FMI debería aceptar él también una quita, algo que tiene prohibido en sus estatutos. "¿Pero cómo que lo prohíbe? Tampoco puede dar préstamos para permitir fugar el dinero. ¿Y por qué vamos a hacer valer una prohibición y la otra no?", preguntó Kirchner en la presentación de su último libro, Sinceramente, en Cuba.

Y nada más llegar, la misión se ha encontrado con una negativa sorpresa. A primera hora del miércoles, el Gobierno del peronista Alberto Fernández publicó un decreto aplazando hasta septiembre el pago de un bono local, emitido en pesos, que vencía este jueves. El lunes, el Tesoro intentó renovarlo emitiendo nuevas letras, pero la falta de demanda le puso ante la disyuntiva de caer en impago o cubrirlo emitiendo nuevos billetes, equivalentes al 6% de la masa monetaria en circulación, con lo que eso habría supuesto para la ya descontrolada inflación.

Al final, el Gobierno optó por patear el balón hacia delante y aplazar el pago a septiembre. Al conocerse el impago, el mercado de bonos y la bolsa cayeron cerca del 10%, pero recuperaron la mitad del valor perdido durante este miércoles al ver que no se acumularían nuevos intereses hasta entonces.

Por el momento, las miradas están puestas en el plan del ministro de Economía. Durante los próximos seis días, el FMI se dedicará a negociar cada punto y cada coma. Una vez más.

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