
La primera semana de septiembre se dibuja cada vez más decisiva para el futuro del Brexit. El grupo de diputados 'Tories' rebeldes, encabezados por el exministro de Finanzas Philip Hammond, están trabajando con la oposición laborista para aprobar una ley que ate las manos del primer ministro, Boris Johnson, y le obligue a pedir una nueva prórroga si no cierra un acuerdo de salida con la UE antes del 31 de octubre, algo similar a lo que ya hicieron en abril.
El viernes, el diario The Times reveló que los rebeldes están planeando, incluso, negociar ellos mismos con la UE las condiciones de la prórroga, para asegurarse de que Johnson no pueda boicotear las órdenes de la ley que aprueben y acabar provocando una salida sin acuerdo igualmente.
Según un diputado citado por el diario, harán uso de los contactos que Hammond cultivó en la UE durante sus tres años como mano derecha de Theresa May para saber de antemano las condiciones que quiera imponer Bruselas y así poder obligar a Johnson a aceptar esa serie de demandas específicas como parte de la ley, de forma que no tenga margen de maniobra.
Trabajo conjunto
El líder laborista, Jeremy Corbyn, convocó a todos los partidos de la oposición y a las figuras anti-Brexit duro del Partido Conservador para debatir la próxima semana diversas opciones para evitar una salida caótica, entre las que sigue incluyendo la posibilidad de una moción de censura para crear un Gobierno de emergencia que pida una prórroga y convoque elecciones inmediatamente. Los diputados conservadores rechazaron asistir a la reunión, y emplazaron a Corbyn a apoyar sus planes legislativos.
El problema al que se enfrentan es que el Gobierno controla el orden del día de la Cámara de los Comunes, por lo que necesitarán artimañas legales para arrebatar a Johnson ese poder. El presidente del Parlamento, John Bercow, ha prometido que hará todo lo posible para ayudarles, pero los números se presentan ajustados.
Un obstáculo para ellos puede ser los conflictos legales del exdiputado laborista Jared O'Mara, que fue detenido por fraude en los gastos, según reveló este viernes el tabloide The Mirror. O'Mara planea dimitir en cuanto vuelva de las vacaciones, lo que dejará un escaño menos en las filas anti-Brexit. Y todas las miradas estarán puestas en la elección parcial para sustituirle, que probablemente se celebrará en octubre y en el que el equilibrio parlamentario volverá a estar en juego.
Por el momento, Johnson se ha dedicado a enfriar las enormes expectativas levantadas por la prensa británica en los últimos días: este viernes pidió "calma" y recordó que "esto no va a ser fácil" y "habrá que trabajar duro" para encontrar alternativas a la endiablada salvaguarda de Irlanda. Su asesor para el Brexit, Dominc Cummings, cree que cualquier solución vendrá en el Consejo Europeo a finales de octubre. La pregunta es qué pasará si no hay ningún avance para entonces.