Valencia
La guerra accionarial por el control de la promotora valenciana Urbem está cerca de llegar a las manos, si no ha ocurrido ya. El empresario Carlos Turró acudió este lunes a las oficinas de la compañía con el objetivo de tomar el control de la misma, tal y como ha podido confirmar elEconomista. El movimiento es el mismo que el realizado hace justo un año por el propio dirigente, pero en esta ocasión fue más violento, según indican las fuentes consultadas.
¿La razón? Que su rival y aún presidente de Urbem, José Pastor, no se estaba en la sede al encontrarse convaleciente de una operación. El equipo de la familia Pastor interpretó que Turró estaba aprovechando esta circunstancia para ejecutar la maniobra y el ambiente se caldeó sobremanera. Ninguno de los bandos ha denunciado agresiones -al menos por el momento-, pero sí deslizan que hubo forcejeos y que se rompió una puerta en la pelea.
Al parecer Turró acudió con el argumento de que un nuevo auto del juzgado lo reconoce como el administrador legítimo de la compañía al dar por buena la junta que celebraron sus partidarios el 3 de septiembre de 2018. Sus detractores, por contra, se aferran a la junta que tuvo lugar el día siguiente, el 4 de septiembre de 2018. A su juicio esta fue la única válida, y en ella renovaron la condición de administrador de José Pastor. Un año después el escenario sigue siendo de máxima tensión.
Este martes, en un comunicado, la familia Pastor dio su versión oficial de los hechos. "Carlos Turró, accionista minoritario de Urbem, aprovechando el estado de convalecencia postoperatoria del administrador de Urbem inscrito en el Registro Mercantil, Don José Pastor, se presentó ayer 9 de septiembre, acompañado de numerosos colaboradores, entre ellos cuatro auditores de Deloitte, en la sede social de la empresa, pretendiendo acceder a información financiera y contable de la misma", explicaron. Deloitte, por su parte, negó que personal de la consultora participara en este episodio.
Cambio de cerraduras
"Tras unos momentos de tensión, incluido el intento, por su parte, de cambiar las cerraduras de acceso, además de impedir por la fuerza la entrada a directivos y a algunos trabajadores a su puesto de trabajo, una vez efectuadas las correspondientes denuncias y ante la rotunda oposición de los trabajadores allí presentes, abandonó las instalaciones", agregaron las mismas fuentes.
Por último, añadieron que que están verificando "qué tipo de información ha podido ser sustraída, así como las consecuencias civiles y penales de estos actos y del acceso no autorizado a discos duros de ordenadores".
