
Lisboa ha presentado el primero de los dos túneles antinundaciones con los que contará la capital portuguesa. Se trata de un pasadizo subterráneo de cuatro kilómetros y medio de longitud que conecta la zona de Monsanto, en la parte alta de la ciudad, con la de Santa Apolónia, en la parte baja.
La función de este túnel es redirigir hasta el río Tajo el exceso de precipitaciones que previamente no podía ser absorbido por el alcantarillado.
Su construcción ha sido posible gracias a una tuneladora de más de diez metros de diámetro que ha perforado el subsuelo durante dos años y medio a un ritmo medio de 10 metros al día, hasta retirar cerca de medio millón de metros cúbicos de tierra.
La nueva infraestructura de la capital lusa fue presentada por el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, que estuvo acompañado por la comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswal, y la ministra portuguesa de Medio Ambiente y Energía, Maria da Graça Carvalho.

En la presentación se mostró a la prensa el tramo final de esta compleja obra de ingeniera, incluida en el nuevo Plan General de Drenaje, cuyo presupuesto asciende a 250 millones de euros.
"En el camino correcto"
José Silva Ferreira, ingeniero jefe del proyecto, aclaró que el nuevo túnel antinundaciones no entrará en funcionamiento hasta el invierno de 2026, cuando acaben las obras de refuerzo del túnel de metro cercano que tendrá que rodear para conectar con el río y se conecte con el resto de las instalaciones.
En todo caso, Silva asegura que se está trabajando para que el túnel, junto con otro tramo de un kilómetro de longitud, se pongan en marcha lo antes posible y conecten los barrios de Chelas y Beato, que están junto al puerto de Lisboa.
El ingeniero jefe mantiene que está "muy satisfecho" con este proyecto, tanto él como su equipo, hecho que le permite afirmar que "estamos en el camino correcto".

En la contrucción de este primer túnel antinundaciones de Lisboa han trabajado cientos de empleados durante los últimos dos años y medio. Solo en el último mes, medio millar de trabajadores han hecho posible el túnel.
Reutilización del agua
El alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, que celebra la rápida conclusión de las obras, desveló que que parte del agua que circulará por las instalaciones será enviada a una reserva de 17.000 metros cúbicos para ser tratada y, posteriormente, utilizada para regar los parques y limpiar las calles de la ciudad.
A juicio de Moedas, este proyecto "no sólo sirve para ahorrar agua", sino también para que los lisboetas puedan estar protegidos "de las inundaciones y del cambio climático".
La comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswal, por su parte, calificó el proyecto como un hecho "histórico" que además apuesta por implantar "soluciones basadas en la naturaleza", en línea con la Comisión Europea, para gestionar los recursos hídricos: "Proyectos como este son un ejemplo de que sabemos lo que hay que hacer, pero hay que pasar a la acción".

Dos túneles que se complementan
El proyecto de Lisboa no se limita a este primer túnel, sino que conlleva la construcción de otro. Por un lado está el Túnel Monsanto-Santa Apolónia (TMSA) y por otro el Túnel Chelas-Beato (TCB). Así se crearán dos sistemas de drenaje independientes para la ciudad de Lisboa, capaces de responder de forma eficaz y estructurada a las necesidades de drenaje de las aguas pluviales.
El túnel Monsanto–Santa Marta–Santa Apolónia (TMSA) tiene un diámetro interior de 5,5 metros y una longitud de 4,60 kilómetros y discurre desde Campolide hasta Santa Apolónia, interceptando los flujos de agua de lluvia de las cuencas urbanas de Alcántara, la avenida de la Libertad y Almirante Reis. Está diseñado para un período de retorno de 100 años y tendrá capacidad para transportar caudales superiores a 160 m3/s.
El Túnel Chelas-Beato (TCB) presenta un diámetro interior de 5,5 metros y una longitud de 1,48 kilómetros. Su objetivo es solucionar los problemas de inundaciones en la zona de Xabregas, desviando los caudales del sistema de drenaje de la Carretera Chelas, una cuenca hidrográfica de 1.700 hectáreas.
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