
El FC Barcelona selló a finales de junio la primera refinanciación de las que plantea acometer con la deuda para construir su nuevo estadio. El conjunto azulgrana ya diseñó en 2023 una estructura de préstamos y emisiones de bonos agresiva en los plazos esperando a una rebaja de los tipos de interés. La primera operación fue de 424 millones de euros, pero sobre la mesa ya están otros 700 millones que se abordarán de manera paulatina a medida que el recinto vuelva a estar en funcionamiento.
La operación de financiación inicial, vinculada a través de un fondo de titulización y firmada con fondos y aseguradoras estadounidenses, principalmente, repartía los vencimientos en tres grandes bloques: 615 millones a un máximo de cinco años, 500,2 millones a hasta diez años y 362,8 millones a entre diez y 25 años.
El entonces vicepresidente económico, Eduard Romeu, ya anticipó que los dos primeros tramos se deberían refinanciar en busca de un contexto económico más favorable. Cuando el club firmó los contratos, los tipos de interés estaban al 3%, en plena subida, y los diferenciales eran todavía altos. A comienzos de junio, el BCE ha rebajado los tipos al 2%. Además, existe un factor particular relativo a la entidad: refinanciar con un estadio a medio construir ofrece más garantías que antes del inicio de la obra.
De este modo, el club afrontó esta misma temporada -antes de lo previsto- la refinanciación de 424 millones. La idea inicial, cuando se contrató a Goldman Sachs, era subastar alrededor de 200 millones, pero visto el apetito de los fondos se optó por doblar la cifra, que se cerró con un interés del 5,19% frente al 6,82% medio de las últimas emisiones de bonos. La emisión, explican fuentes del club se cerró con una sobresuscripción que duplicó la oferta puesta en el mercado.

Así, el conjunto que preside Joan Laporta engrosó el último tramo hasta los 786,8 millones (ver gráfico) y rebajó el primero hasta los 208 millones. No obstante, en el seno de la entidad no se considera afrontar este pago, previsto para 2028. Tampoco los 500 millones que vencen hasta 2032. La intención del club es transformar estos bonos firmados en formato bullet -solo se pagan intereses hasta su vencimiento final, cuando se paga el principal- con una nueva refinanciación a largo plazo, hasta 2050.
El Barça pretende así equilibrar sus vencimientos con una cuota anual. Y a no ser que haya un excedente de liquidez no se plantea por el momento la amortización de estos 708,2 millones que vencen en los próximos diez años. Quizás, como mucho, alguna de las dos emisiones de bonos de 27,5 millones que vencen hasta 2032.
Con la última operación, además, se ha cancelado la financiación bancaria existente -con penalizaciones inferiores a los bonos- y el Espai Barça está así totalmente sufragado con colocaciones de bonos.
Un movimiento anticipado
La idea del club era acometer esta refinanciación con el retorno al Camp Nou, pues se eliminaría el riesgo de que sucediesen imprevistos en las obras. No obstante, los trabajos llevan un año aproximadamente de retraso frente al calendario inicialmente previsto. Además, la incertidumbre arancelaria y el hecho de que el recinto ya genere ingresos -como la venta de la licencia de uso de los palcos vip- fueron otro motivo para acelerar la revisión, según fuentes del club.
Tampoco hay que obviar que el club necesita mostrar que las obras y el avance del recinto van a buen ritmo para que el auditor les compute el ingreso de los 100 millones de los palcos vip y se pueda situar en la regla 1:1 en el fair play financiero de La Liga, clave a la hora de realizar fichajes.
A pesar de ello, la organización logró recortar su prima particular desde los más de 400 puntos a 242 puntos. Es de esperar que a medida que se retome la actividad, el diferencial será todavía inferior. Pese al avance de las obras frente a 2023, eso sí, KBRA -la agencia de rating que evalúa la financiación del Espai Barça- no mejoró la nota de la emisión y la mantuvo en BBB. Pese a ello, la entidad recibió hace un mes el espaldarazo de DBRS Morningstar -la agencia del propio club- que, aunque mantuvo la calificación de BBB, cambió la perspectiva de estable a positiva. Aunque no mejoró la nota, la firma sí revisó al alza su previsión a futuro.
Los costes de las nuevas emisiones de bonos fueron de aproximadamente el 1%.
La devolución
Para devolver el dinero, el club utilizará los ingresos añadidos que le generará el recinto. Excluirá los 100 millones de euros iniciales, que serán íntegros para la entidad. Pero según los cálculos de Legends, que asesora a la entidad, los ingresos cuando el estadio esté a pleno rendimiento ascenderán a 346 millones. A disposición de los fondos estarán los 246 millones sobrantes, que ejecutarán las cantidades correspondientes a cada año.
Legends calcula que, una vez a pleno rendimiento, el nuevo Camp Nou reportará 50,2 millones de euros procedentes de los abonados, 73,8 millones con la venta de entradas, 79,7 millones del museo y los tours, 18,8 millones de ingresos extra, 76,5 millones de palcos VIP y 47,2 millones de euros de patrocinadores.