Infraestructuras y Servicios

Desalación y gastronomía: un maridaje sostenible

  • La economía circular está revolucionando nuestra relación con los recursos
  • La innovación también ha llegado a la desalación del agua de mar con proyectos como Sea4Value, gracias al que Aqualia convierte la salmuera en fuente de materias primas críticas… y en sal de cocina gourmet
  • Contenido publicado en la revista Agua y Medio Ambiente
El proyecto se desarrolla en la plataforma tecnológica anexa a la EDAM La Caleta en Adeje (Tenerife). Aqualia

En un mundo de recursos finitos, cada día cobra más importancia el dar una segunda vida a las cosas y el transformar los residuos en recursos en una búsqueda por hacer la sociedad y sus modelos productivos más sostenibles.

Reutilización de envases reacondicionados, transformación de ropa usada en nuevas prendas, transformación de neumáticos usados en nuevos utensilios... La economía circular está cambiando nuestra relación con los recursos. En la gestión del agua, la economía circular es parte del día a día: se devuelve a la naturaleza el agua depurada, se obtienen soluciones agrícolas, energía, combustible vehicular… cada vez existen más ejemplos. La innovación sigue aportando nuevas oportunidades con soluciones sostenibles y conquistando nuevos rincones. Ahora, entra hasta la cocina. Literalmente.

Al igual que las depuradoras se están convirtiendo paulatinamente en estaciones circulares o eco factorías, capaces de extraer de los procesos de depuración agua regenerada, energía y recursos aprovechables para destinarlos a usos agrícolas o industriales, también las desaladoras pueden hacer lo propio. El departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia ha desarrollado esta línea de trabajo en los últimos cuatro años, teniendo su laboratorio de pruebas en la isla de Tenerife, donde se desarrollan y validan tecnologías innovadoras en los procesos de desalación del agua de mar y se ha llevado a cabo el proyecto Sea4Value, que parte de una idea revolucionaria.

La salmuera (agua de mar con el doble de concentración de sal), hasta ahora considerada como un residuo del proceso de desalación, se puede transformar en una fuente valiosa de recursos minerales y metales, como el magnesio y el litio, esenciales para una amplia gama de industrias tecnológicas. "Hasta ahora, se ha resuelto exitosamente devolver al mar el concentrado de las desaladoras con garantías para no generar un impacto negativo en el medioambiente. Sin embargo, no se extrae el verdadero valor de esta corriente", señala Víctor Monsalvo, jefe del Área de Eco-eficiencia en el departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia.

El valor de esa concentración es tal que puede dar origen a un componente que prácticamente toda la población, en menor o mayor medida, consume a diario: la sal de cocina. Así es como la investigación y el desarrollo han desembocado en el nacimiento de "Alma de Mar", una línea de sales de mesa gourmet creada por Aqualia.

Combinando procesos tradicionales e innovadores se ha logrado obtener esta sal de alta pureza y enriquecida, a la que se le han añadido ocho sabores distintos para coronar el producto con un toque gourmet. "Una de las ventajas de producir sales a partir de la desaladora es que obtenemos una sal de alta pureza, gracias a que el propio proceso elimina impurezas presentes en el mar", aclara Monsalvo.

"Alma de Mar" cumple con la reglamentación técnico-sanitaria como sal marina virgen y flor de sal. A diferencia de los procesos más intensivos, el departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia ha desarrollado un proceso sostenible que utiliza exclusivamente energía del sol y del viento, y que combina el sistema tradicional de extracción de salmuera a partir de agua de mar con las nuevas tecnologías.

Víctor Monsalvo aclara que "el proceso productivo es más eficiente y requiere menos espacio porque, gracias a la desaladora, partimos de una concentración de sales superior a la del agua de mar. Dependiendo de las condiciones climáticas (sol y viento, fundamentalmente), adaptamos el proceso para maximizar la recuperación de sal y garantizar su pureza". Y de ahí salen los diferentes destinos de la sal resultante: industrial o alimentario, como en este caso.

La marca "Alma de Mar" se ha registrado en 38 países, cumpliendo con la normativa técnico-sanitaria para su uso culinario. El producto es un ejemplo de hasta qué punto se pueden reaprovechar los recursos de los procesos del ciclo del agua. En línea con la Ley Europea de Materias Primas pretende garantizar un suministro seguro y sostenible de materias primas fundamentales para la industria europea y reducir la dependencia con respecto a las importaciones, la recuperación de estos compuestos presentes en el concentrado de las desaladoras supone una oportunidad.

La economía circular es una realidad imparable y en encuentra nuevas oportunidades aliada a la desalación, tecnología en expansión en múltiples países y con un crecimiento exponencial en el número de plantas puestas en marcha en los últimos años.

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