
Hace una semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba una inversión de 2.400 millones para la ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas, con la idea de convertirlo en el mayor 'hub' aeropuertuario del sur de Europa. "La mayor inversión en infraestructuras aeroportuarias de esta década", aseguró, el que será un plan que se traducirá "en un fuerte crecimiento de capacidad y de rutas, en la creación de miles de empleos directos e indirectos, y en la generación de riqueza".
Sin embargo, no todo lo que relucirá Barajas es aplicable al resto de los 53 aeropuertos españoles, de los cuales la mayoría de ellos sigue sin ser rentable después de unas inversiones a sus espaldas que, en muchos casos, superan los 100 millones de euros. Es por eso por lo que muchos de estos espacios fantasma se han destinado a otras actividades que nada tiene que ver con los aviones.
Seguramente uno de los aeropuertos más representativos sea el de Ciudad Real. Con una inversión de unos 450 millones de euros, fue ideado para ser una alternativa al de Madrid-Barajas, que en aquellos momentos se encontraba saturado al límite de su capacidad operativa. Sin embargo, en su inauguración, programada inicialmente para octubre de 2008 con un vuelo de Air Nostrum a Barcelona, quedó suspendido debido a que la DGAC denegó al aeropuerto el certificado de operabilidad, aludiendo la no ejecución las medidas previstas en la Declaración de Impacto Ambiental.
Los primeros resultados durante sus primeros meses de actividad fueron relativamente aceptables. Sin embargo, varios factores como la crisis económica de 2008, varias irregularidades en la gestión del aeropuerto, el escaso atractivo de los horarios de ciertos vuelos, la excesiva distancia entre la ubicación definitiva del aeropuerto y Ciudad Real capital u otros núcleos importantes de la provincia, o los deficientes accesos en transporte público (nunca se llegó a terminar la conexión ferroviaria), entre otros, motivaron una paulatina disminución de la demanda y la supresión de vuelos y aerolíneas.

El día 1 de agosto de 2011, la última aerolínea que realizaba operaciones en el aeropuerto, Vueling, anunció el cese de sus operaciones en el aeródromo de Ciudad Real a partir del 29 de octubre debido a su baja rentabilidad. Finalmente, en octubre, el aeropuerto dejó de operar rutas regulares de pasajeros. En la actualidad, el aeropuerto pertenece a la empresa privada CRIA (Ciudad Real Internacional Airport).
En septiembre de 2019 se decidió reabrirlo con un nuevo plan de negocio centrado en las actividades de mantenimiento de aeronaves y transporte de mercancías. Aunque el sector que más atrae es el del turismo cinegético, con muchas personas que llegan a nuestro país en vuelos privados procedentes de toda Europa para disfrutar de la temporada de caza. Y así seguirá siendo, ya que, según palabras de la alcaldesa de Ciudad Real, "queremos posicionar a Ciudad Real como capital del turismo energético". En total, una media de dos vuelos diarios y atendiendo apenas una decena de pasajeros por vuelo en una infraestructura pensada para 10 millones y proyectada como aeropuerto secundario de Madrid. También ha acogido el rodaje de la última película del director Daniel Calparsoro, Todos los nombres de Dios, con Luis Tosar e Inma Cuesta como protagonistas; y el film Me he hecho viral, del director Jorge Coira.

Uno de ellos es el aeropuerto de Burgos, que con una inversión cercana a los 45 millones de euros tuvo que parar en diciembre de 2021 tras despegar del aeropuerto de Villafría, en Burgos, el último vuelo regular destino Barcelona. "Sí tiene vuelos comerciales, aunque no tiene actualmente vuelos regulares", especifican desde Aena. Apuntan que hay "otro tipo de vuelos no regulares que ponen de manifiesto el importante papel de la infraestructura", como por ejemplo los vuelos chárter de pasajeros, vuelos de la escuela de pilotos, aerotaxis, ambulancias, servicions contraincendios, vuelos militares, de la Organización Nacional de Trasplantes, vuelos privados y del Estado.
Los últimos rumores (el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos, Daniel de la Rosa, temía por su continuidad sin una perspectiva de operadora de vuelos de pasajeros) habían dejado al aeropuerto de Burgos en estado crítico, aunque desde Aena han querido ir más allá y, no solo no cerrerá Villafría, sino que planea invertir 1,8 millones hasta 2026.

Otro es el aeropuerto de Castellón. Fue inaugurado en 2011 por Francisco Camps y Carlos Fabra bajo una inversión de 150 millones de euros. En su presentación, y ocho años después de iniciarse las obras, Fabra aseguró delante de 2.000 personas que este aeropuerto supondría la transformación socioeconómica de Castellón. Sin embargo, no pudo empezar peor, ya que no fue hasta 2015, y con múltiples problemas económicos, cuando acogieron vuelos regulares.
Con el paso de los años, el aeropuerto de Castellón ha sabido renovarse. Hasta tal punto que en este 2023 ha logrado los mejores resultados de su historia, con 283.259 pasajeros y 9.780 operaciones. Esto se debe, en buena medida, a que ha ganado interés entre operadores turísticos debido a sus bajos precios. En esta línea, su ventaja competitiva respecto a la red de Aena ha despertado la atención del sector, como la de Ryanair. Sin duda, estos datos invitan al optimismo, con unas proyecciones en las que prevé duplicar viajeros en cuatro años hasta los 600.000 anuales.
Con todo esto, el aeropuerto de Castellón ocupa el puesto 35 de los 54 que existen en España en cuanto a tráfico de pasajeros. Además, de los aeropuertos que no forman parte de la red de AENA, es el que más crece.

Uno de los aeropuertos más peculiares se encuentra en Huesca. El aeropuerto de Huesca-Pirineos es otra de estas infraestructuras que a pesar de estar en servicio no ha resultado rentable. Tras 45 millones de inversión, fue inaugurado en mayo de 2007 y en sus primeros dos meses de vida pasaron por él 110 pasajeros. Estas cifras parecen ahora un espejismo, ya que entre enero y junio de 2015 apenas 58 personas utilizaron sus servicios. Y a día de hoy, la media es de 0,7 pasajeros diarios. Y es que desde el cese de las actividades de Pyrenair en febrero de 2011, ya no llegan vuelos regulares a esta base aérea -sólo algún que otro viaje privado-.
Una de las peculiaridades de este aeropuerto 'fantasma' es el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) que deja en el pueblo. En unas declaraciones a Antena 3, el alcalde de Alcalá del Obispo celebra los casi 120.000 euros que genera el aeropuerto en concepto de IBI.

El aeropuerto de Corvera, Murcia, se promovió como una alternativa al Aeropuerto de San Javier, que se encuentra a 30 kilómetros y ofrece uso civil y comercial, con la consecuente restricción de horarios. Su construcción se inició en 2008, pero dos años después, por falta de financiación, el Gobierno regional se vio obligado a avalar un préstamo de 182 millones de euros para terminar las obras. La inversión total rondó los 280 millones de euros.
Cuatro años después de su inauguración, Corvera ha conseguido recuperar en 2022 el 77% de los pasajeros que alcanzó en 2019, antes de la pandemia, y ha recibido 838.940 usuarios. Sin embargo, esta cifra sigue muy lejos de los 2.002.949 que pasaron por el aeropuerto de San Javier en 2007, el mismo año que se adjudicó la construcción de Corvera a Aeromur. A partir de entonces se inició el declive y en 2008 el número de usuarios ya se había reducido a 1.876.255. El último año de San Javier, 2018, pasaron por sus instalaciones 1.273.774 viajeros.+
Albacete, Logroño...
El de Albacete es el único aeropuerto público de Castilla-La Mancha, habilitado como puesto fronterizo y declarado, de esta forma, frontera exterior Schengen. A fecha de 2020, carece de operaciones regulares. Según los datos de AENA, despidió 2022 con el peor dato de pasajeros desde que la instalación abriera sus puertas. Tuvo una inversión de casi 10 millones de euros, de los que cerca de 7,3 millones se destinaron a la terminal y el resto a equipamiento, actuaciones en el campo de vuelos y sistema de control de accesos.
Construido por el Ministerio de Fomento, el aeropuerto de Logroño-Agoncillo tuvo una inversión de 18 millones de euros. Inaugurado en mayo de 2003, es uno de los aeropuertos españoles con menor tráfico aéreo. La última noticia al respecto es que Aena gastará 15,4 millones en un complejo fotovoltáico con el objetivo de autoabastecer al aeropuerto de Agoncillo.
El de León es otro de esos aeropuertos que necesitan vida. Por ello, desde AENA han aprobado un potente plan de incentivos de tres años para aquellos aeropuertos y helipuertos (Algeciras y Ceuta) que registraran menos de tres millones de pasajeros en 2023. En este sentido, las aerolíneas quedarán exentas de pagar la tarifa por pasajero de todos los viajeros adicionales a los de 2023 durante tres años consecutivos.