
La naviera Royal Caribbean presenta la única oferta para la concesión de la nueva terminal de cruceros del puerto de Barcelona. La compañía concurrirá en solitario después de que las tres compañías que impugnaron la primera licitación, Norwergian Cruise Line, Viking Ocean Cruises y Virgin Cruises, declinasen mostrar su interés oficialmente por el proyecto, como avanzó La Vanguardia.
De este modo, la organización estadounidense será la encargada de la construcción y operación de la última terminal prevista para el embarcadero catalán. La infraestructura cuenta con 54.000 m² de superficie y una línea de muelle de 450 metros, que serán explotados íntegramente por la sociedad.
Royal Caribbean a cambio de poder presentarse tuvo que desprenderse del 38% que poseía de Barcelona Port Investment, la concesionaria de las terminales A, B y C del muelle Adossat y las terminales Nord y Sud del World Trade Center. Su participación quedó en manos de su socio en el capital, la turca Global Ports Holding, que ahora ostenta el 100% de las acciones.
El muelle desencalla así un procedimiento que ya frenó la denuncia ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya de Norwegian, Viking y Virgin, que criticaban que el proyecto era "un traje a medida" para Royal Caribbean.
MSC enchufará sus barcos
Además de avanzar en la licitación, el consejo de administración del puerto aprobó la licitación para construir y explotar el primer sistema Onshore Power Supply (OPS) en una terminal de cruceros, concretamente el que se instalará en la futura instalación de MSC, actualmente en obras, a partir de 2026. La convocatoria debe recibir el visto bueno del Consejo de Ministros y está presupuestada en 14,52 millones de euros.
Además, se ha adjudicado a Naviera Dedalus y Catalana de Perforacions una batería de siete conducciones por 14,95 millones.